Opinión

Marc Richir (1943-2015), comentarios sobre el refundador

Marc Richir nació en Bélgica cerca de Charleroi, en 1943, se desempeñó en el campo de la filosofía específicamente en el ámbito fenomenológico.

“Notre corps comme corps souffrant, rebelle et mortel, a toujours été, et sera toujours lié à la cruelle énigme de la mort, dont nous savons qu’elle n’est jamais que provisoirement, le temps que cela vaut, un problème à résoudre”. (Le corps, essai sur l’intériorité)

Marc Richir nació en Bélgica cerca de Charleroi, en 1943, se desempeñó en el campo de la filosofía específicamente en el ámbito fenomenológico. Descubre su vocación filosófica en medio de la lectura de Crimen y Castigo de Feodor Dostoviesky. Richir realiza estudios en Física, en la Universidad de Lieja, escribe una tesina a propósito de teoría de la relatividad y una tesis de licenciatura intitulada El efecto Poynting­‑Robertson y su generalización a partículas no esféricas (en relatividad restringida y general), pero abandona el proceso de doctorado e ingresa a Filosofía en la Universidad Libre de Bruselas, donde participó en seminarios sobre cuestiones epistemológicas al lado de Jean Ladrière, además fue discípulo de Max Loreau,. En una entrevista a un diario español (La nueva España) expresó que el abandono a la física derivó de: “Tras una cierta práctica de la física durante varios años me di cuenta de que no me aportaba las respuestas que esperaba”.

Animó la creación de la Revista Textures en conjunto con Cornelius Castodiaris, Claude Lefort y Marcel Gauchet. Además fue director de la Colección Krisis del Editor Jérôme Millon (Grenoble), donde publicó sus estudios sobre filosofía y fenomenología. Richir, con una obra monumental y poco conocida aún, es considerado como uno de los representantes de la tercera generación de fenomenólogos en Francia, entre los que se encuentra también Jean-Luc Marion,  como expresa Alexander Schnell en su estudio Le sens se faisant. Marc Richir et la refondation de la phénoménologie transcendantale, el pensador belga se desmarca del dogma husserliano, si bien Richir se considera heredero de la obra de Husserl, procura desmarcarse del maestro y elaborar una refundación de la fenomenología que permita cuestionar las condiciones que posibilitan tanto teórica como metodológicamente la fenomenología como tal.

La obra richiriana, catalogada como fenomenología genética, encuentra como puntos de análisis los sentidos, la imaginación, la afectividad, así como la temporalidad y la espacialidad; de igual manera a lo largo de sus escritos se pueden encontrar referencias a la antropología política, filosofía de las ciencias, estética, psicopatía y pensamiento mítico. El trabajo desarrollado por el belga apunta, no a confutar a Husserl sino más bien a extender el análisis por él planteado para alcanzar nuevos horizontes.

Dentro de la obra de Richir se pueden citar los libros: Variations sur le sublime et le soi (2012), Phénoménes, Temps et Étres – Ontologie et phenomenologie (1987), Phenomenologie et Institution Symbolique – Phénoménes, Temps et Étres II (1988), Le Ríen et son Apparence – Fondements pour la Phenomenologie (1979); en castellano es posible encontrar La contingencia y el déspota, El cuerpo (seguido de la verdad de la apariencia. Así como traducciones al francés de Husserl, así como de pensadores como Fink, Patocka, Binswanger por mencionar algunos. Actualmente destacan por la investigación en el pensamiento richiriano los intelectuales Pablo Posada Varela y Sacha Carlson, ambos comparten sus pesquisas en Academia.edu (red académica en línea).

Richir estaba consciente de la problemática de la filosofía en la sociedad actual, y encontraba problemática la situación de las universidades, así como el resultado del Proceso de Bolonia. A su vez afirmaba que la filosofía no tenía como objeto la prescripción sino y ante todo la generación de preguntas.

Marc Richir ha muerto a causa de cáncer el pasado 9 de noviembre, a la edad de 72 años. Su obra sigue latiendo y su legado al campo fenomenológico invita a la comunidad académica a explorar a su obra y a los jóvenes que se han internado en la fenomenología a no desapercibir la obra de la refundación en el camino de la cuarta generación de fenomenólogos.

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