Opinión

De los dogmas teológicos

La teología dogmática (TD) no es un producto unitario a partir de las Escrituras, sino que ha variado respecto de los lugares

La teología dogmática (TD) no es un producto unitario a partir de las Escrituras, sino que ha variado respecto de los lugares (también teológicos) y los tiempos hasta llegar al estudio actual de la investigación crítica no confesional sobre Jesús. Si las “verdades” sobre Jesús aspiran a ser conocimiento, entonces deben experimentar progreso. La fijeza de la teología es síntoma inequívoco de institucionalidad (devoción), no de investigación.

No cabe duda que la TD es una interpretación simbólica de las Escrituras a partir del uso del Antiguo Testamento tras una lectura alegórica (platónico-filoniana) que puso a decir a los textos bíblicos ‘lo que se quería que dijesen’, haciendo oídos sordos de la exégesis rabínica y de la lengua hebrea, en un detrimento al que se le suma la invisibilización del contexto judío y el uso espurio de los textos del Nuevo Testamento (NT) en griego. En este sentido, los dogmas del catolicismo son una interpretación simbólica, es decir, una eiségesis.

Si Dios ha hecho al ser humano inteligente, no puede pedirle que crea cosas absurdas: Cuando entramos a un templo nos quitamos el sombrero, no la cabeza. Entonces,

  1. Si los milagros existen, no deben suspender las leyes de la naturaleza; a lo sumo cabe sostener que estas leyes no se conocen completamente. Así, en la celebración del 2 de agosto de 2015, Día de la Virgen de los Ángeles en Costa Rica, muchos buenos creyentes celebraron felizmente la curación milagrosa de una señora con cáncer. Así lo presentaron las autoridades eclesiales. Sin embargo, la romería produjo más de 5.000 personas atendidas por la Cruz Roja Costarricense, las cuales se sintieron animadas por el milagro anterior, descuidaron su enfermedad dándose licencias que no debían, a la espera de la mejoría deseada. Si el éxito milagroso es el referente, parece que dejó cifras en rojo por los daños colaterales de la peregrinación.
  2. Dependiendo de cuál atributo divino se enfatice, los milagros son curiosos. Si Dios sabe todo (omnisapiente) lo que yo necesito, puede dármelo sin que se lo pida, pero, por justicia divina habría de darle a todos/as (sin distinción) lo que necesitan en cuanto criaturas limitadas. Así, si uno/a es curado/a de una enfermedad, ¿por qué no todos los que piden son atendidos? La respuesta olímpica sería afirmar que “Dios da a cada quien lo que le conviene”, suponiendo sin más que se conoce la “mente de Dios” (¿cómo diferenciamos lo que “yo quiero” de “lo que Dios quiere”?). Entonces, dado que no se recibe lo que se pide o que solo uno/a obtiene su milagro, o este Dios resulta mezquino o no se interesa por sus criaturas, tanto como ellas creen. En cualquier caso, hablar sobre las “intenciones de Dios” es aventurado, aunque sea psicológicamente reconfortante.
  3. Los estigmas, pues, ¿serían signos de santidad? Resulta sádico pensar que sí, pues Dios no podría hacernos mal (Él es Bueno, dicen) ni mucho menos debería (porque resulta contradictorio respecto de su naturaleza) provocarles a los creyentes lastimaduras físicas que hagan sufrir a la gente, no obstante que haya gente dispuesta a someterse de manera masoquista a ellas.
  4. No obstante el dogma de María como “Madre de Dios” (todopoderosa), ella no podría aparecerse físicamente a nadie, porque después de la muerte ya no tiene cuerpo material. Habría que hablar, entonces, más bien de “visiones”, que sucederían a particulares, pues si fueran “apariciones”, todos/as la verían (A. Álvarez).
  5. Ciertamente el NT tiene figuras literarias (símbolos), detrás de las cuales podría verse una enseñanza espiritual para los creyentes. Asumir que Jesús “caminaba sobre las aguas” es una hipérbole. Si curó a un “ciego”, hizo caminar a un paralítico, etc., etc., y esto se considera ‘milagroso’, ¿el milagro no debería ser más bien que desaparecieran completamente la ceguera, la parálisis, el cáncer y otras muchas enfermedades?

Ya la vida tiene bastante con sus afanes como para que también muchos defiendan que su Dios es frugal y arbitrario.

Suscríbase al boletín

Ir al contenido