En la actualidad, las empresas se enfrentan a situaciones que jamás se pudieron imaginar: economizar al máximo, tener un buen desempeño ambiental y cumplir con los protocolos para evitar cierres son solo algunos de los elementos que han invadido sus agendas. Pero, ¿qué hay de aquellas herramientas, recursos y equipo críticos que damos por un hecho que nunca fallará o que estamos pensando en adquirir?, ¿realmente nos darán los resultados esperados? Para esto, las empresas y emprendimientos cuentan con gestión de activos.
Los activos son un recurso con valor, tanto de adquisición y salida como de generación de valor. Dicho en otras palabras, nos cuestan dinero, se pueden volver a vender y son adquiridos para hacer un trabajo que nos generarán valor; por ello es muy importante tener una manera de controlarlos y actuar de manera rápida ante alguna situación.
La gestión de activos se puede ilustrar de una manera muy sencilla, como puede ser el caso de la intención de la compra de un vehículo, su uso, desempeño, mantenimientos previos a que algo falle, mantenimientos rutinarios para confirmar que todo está orden y correctivos, hasta llegar a su salida; ya sea reventa o disposición. Todos esperamos que nuestro vehículo funcione correctamente siempre y nunca nos falle, pero esto no sucede por arte de magia; es decir, sin importar la marca, todos los vehículos requieren de las atenciones en función de su uso y recomendaciones del fabricante.
Ahora, si llevamos esto al mundo empresarial y emprendedor, sin importar la dimensión, las organizaciones necesitan gestionar sus activos para ser más competitivas, lograr un nivel óptimo de rentabilidad y por ende continuar persiguiendo la sostenibilidad del negocio. De esta forma, la gestión de activos se ha ido implementando cada vez más por las empresas a nivel mundial, obteniendo ventajas sobre la competencia por sus lineamientos y estructuras que hacen que el ciclo de vida de los activos tenga más valor.
Al demostrar un enfoque estructurado y de mejores prácticas en el tema de activos, las empresas logran prevenir accidentes o paros, mejorar la calidad de los productos, servicios, servicio al cliente, entre otros, y con la disminución de costos como resultado del buen desempeño de los activos la empresa puede ser más agresiva en su estrategia.
Ahora bien, muchas son las herramientas que se pueden conseguir en el mercado para este propósito; sin embargo, la norma INTE/ISO 55001:2015 Gestión de activos. Sistema de Gestión, es una norma de reconocimiento internacional cuyo enfoque es hacia las mejores prácticas para la gestión de activos, centrada en desarrollar un sistema proactivo del ciclo de vida de estos.
Los beneficiados directos de implementar un sistema de gestión de activos son gerentes de operaciones, financieros y técnicos, ya que facilita el flujo de las operaciones. No obstante, los consumidores también son altamente beneficiados ya que la adecuada gestión de activos contribuye a mejorar la garantía de calidad para los bienes y servicios que adquieren.
La gestión de activos es una herramienta que vino para quedarse, ya que su aplicación puede ser tan amplia conforme vamos aprendiendo más de ella, que incluso tiene una alta aplicabilidad para infraestructura pública. Por ello, invitamos a las personas a conocer esta norma, ponerla en marcha en las empresas y, finalmente, diferenciarse entre otros mediante la certificación de su sistema de gestión de activos.
