Opinión

¡Libertad para Milagro Sala!

Ya han pasado siete meses desde aquel 16 de enero en el que metieron presa a Milagro Sala. La Argentina del mandatario Mauricio Macri revive

Ya han pasado siete meses desde aquel 16 de enero en el que metieron presa a Milagro Sala. La Argentina del mandatario Mauricio Macri revive, con esta acción brutal, su oprobioso pasado de presos políticos y criminalización de la protesta, pues el injusto arresto de la líder indígena y cooperativista, evidencia que los derechos humanos no serán la prioridad de ese gobierno conservador.

A Milagro Sala se le conoce, en la provincia norteña de Jujuy, como un “ser iluminado”. Allí fundó en el año 2001 la agrupación social Tupac Amaru y desde entonces se dedicó a transformar la vida de miles de personas empobrecidas. “El sueño de nosotros, los dirigentes, es que no haya ningún niño que esté en la calle con hambre”, señala.

La década de los 90 había sumido al país en la desnutrición, el desempleo y la privatización. Milagro supo entonces que la solución a la crisis era organizar a las comunidades mediante formas productivas solidarias y colectivistas. Por ello, se dedicó a crear decenas de cooperativas de vivienda, textiles, metalurgia y construcción, para llevar trabajo digno y bienestar a las familias.

Así, con el pasar del tiempo y el apoyo del Gobierno de Cristina Kirchner, Jujuy vio florecer nuevas empresas de la economía social solidaria, lideradas por vecinos comprometidos con el desarrollo barrial. Más de 150 cooperativas de vivienda fueron fundadas y, al año 2011, ya habían edificado cerca de 5.000 casas. Además, fábricas de diferente giro productivo potenciaron este desarrollo habitacional y generaron miles de puestos de trabajo.

El rostro más limpio y noble del modelo cooperativo halló en Jujuy su terreno fértil para inyectar pasión y esperanza a todo un pueblo. Brotaron escuelas, centros médicos, polideportivos, espacios recreativos, salones comunales y hasta piscinas públicas, en sitios donde aspirar a una vida digna era impensable. Destaca el proyecto “Copa de Leche” que alimenta a niños de bajos recursos.

De esta forma, el éxito de Tupac Amaru con el carisma de Milagro Sala fue tal que la organización ya tiene sedes en toda la República. En Mendoza, por ejemplo, una vecina dice: “Éramos un pueblo gris y ahora estamos iluminados”.

El esquema impulsado por Sala parte de empoderar a los habitantes, logrando que inviertan en su propio desarrollo. Al parecer esto incomoda a la derecha gobernante pues se reduce la participación de los intermediarios tradicionales (proveedores, constructores, ingenieros, etc.) en las relaciones mercantiles, y demuestra que la gente organizada de forma democrática puede invertir con eficacia y eficiencia los recursos propios y del Estado en procura del bien común.

En ese contexto es que el Gobernador de Jujuy, Gerardo Morales (aliado del presidente Macri), ha encarcelado a Milagro y a 10 personas más de la Tupac Amaru, pues protestaban contra el reordenamiento de los subsidios a las cooperativas. Inventaron otras acusaciones que el juez de instrucción Francisco Aróstegui sobreseyó, con consecuencias negativas para sí mismo.

Este arresto ha sido repudiado a nivel nacional e internacional porque Sala, además de ser diputada del Parlasur, es ya una reconocida líder social y espiritual argentina. Entidades como Amnistía Internacional y las Madres de la Plaza de Mayo claman por la liberación de Milagro. También 27 diputados del Parlamento Europeo la exigieron.

Desde prisión, la dirigente jujeña ha manifestado que “no pueden soportar que uno siga expresando lo que por todos los medios quieren ocultar, pero que es imposible tapar: que hay miles de cooperativistas sin trabajo”. Lo anterior a partir de las políticas regresivas del nuevo gobernante.

La expresidenta Cristina Kirchner ha dicho que “hoy la libertad de Milagro Sala tiene un valor simbólico muy importante para todos los argentinos”. Reconoció en ella su impresionante capacidad para organizar a las personas marginadas y luchar por un mundo donde exista la igualdad entre los ciudadanos.

Este precedente nefasto que el gobierno “del cambio” argentino impone sobre la integridad de una mujer valiente y comprometida con las mayorías, es un enorme hoyo negro en la dignidad de Latinoamérica y, por tanto, debe ser censurado por nuestros  líderes sociales y políticos. La libertad de Milagro Sala es también la libertad de una América Latina crítica, reivindicativa e independiente.

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