Opinión

Las Sedes Regionales y la elección de la Rectoría del 2020

El ciclo electoral por la elección de nuestro próximo Rector o Rectora para el 2020 ya inició.

El ciclo electoral por la elección de nuestro próximo Rector o Rectora para el 2020 ya inició. Ya se mencionan nombres de compañeros y compañeras universitarias que pretenden alcanzar la cima de la administración superior. Al tiempo que esto ocurre, ya se empiezan a manifestar los posibles ámbitos de trabajo de los(as) postulantes, entre los cuales se encuentra la regionalización universitaria. Puede haber muchas formas de abordar el tema, pero si hay algo cierto es que quienes trabajamos en Sedes y Recintos universitarios vemos con suprema preocupación que en no pocos foros universitarios se le concibe como una simple “yuxtaposición” del modelo de la Sede Rodrigo Facio a las cinco Sedes Regionales.

Si la inversión pública en educación superior es un notable logro del Estado social costarricense, la regionalización universitaria es sin duda su mejor expresión. Con cada estudiante graduado en una Sede Regional se rompe un eslabón en la cadena de la pobreza. Con cada proyecto de Acción Social gestado en una Sede Regional se ejerce el derecho a la transformación y renovación del tejido social costarricense. Con cada proyecto de Investigación ejecutado en una Sede Regional se realiza un aporte sustantivo a la solución de un problema que ayudará a vivir mejor a la gente de cada región del pais.

Por todo lo anterior, queremos aprovechar este espacio para proponerle a quienes se alistan a lanzarse al ruedo electoral universitario por la Rectoría el siguiente grupo de ideas para mejorar la regionalización universitaria

–La creación de un programa permanente de apoyo a la gestión de las Sedes Regionales. Un programa de esta naturaleza adscrito a la Rectoría tendría como objetivo el soporte a la gestión en las áreas sustantivas. Es procurar el máximo de operatividad en la relación política-estrategia-plan-proyecto-actividad, en cada una de nuestras Sedes Regionales. Se ha dicho mucho que una de nuestras debilidades es la gestión, que por la naturaleza normativa de la Sedes recae sobre la Dirección de cada una de ellas. Pero mucho mejoraría si un programa de apoyo a la gestión reforzara de forma directa a cada Dirección de cada Sede, para que los procesos académicos y la gestión de los recursos den mejores resultados.  De ninguna manera esto sustituye al Consejo de Área de Sedes Regionales, sino más bien lo proveería de mejores herramientas para el logro de objetivos comunes. Entre los ámbitos de trabajo de dicho programa podrían estar: el financiamiento de infraestructura, apoyo legal, soporte en gestión de la información, gestión de recursos humanos, planificación universitaria y vinculación entre el Sistema de Estudios de Posgrado y Sedes Regionales, entre otros.

–La descentralización del CEA. Una iniciativa de esta naturaleza nos facilitaría aumentar el impacto y ritmo en los procesos de formulación de nuevas opciones académicas, de acreditación y de evaluación del personal docente. En vez de tener asesores(as) en la Sede Rodrigo Facio, se debería tener una oficina permanente del CEA en cada Sede Regional.

–La redirección de la totalidad de los fondos de Conare hacia las Sedes Regionales. La política de “fondos concursables” no es operativa en Sedes. Lo que es operativo es determinar un conjunto de prioridades en infraestructura y en proyectos de alto impacto socioacadémico que pueden financiarse por este medio.

–El fin de la era de las desconcentraciones. Hace 20 años nuestras unidades académicas dependían de la solidaridad de sus pares en San Pedro para llevar carreras a las Sedes y Recintos. Ahora la situación es diferente. Ya tenemos capacidad instalada en nuestro personal docente para la gestación de nuevas opciones académicas y/o la descentralización de algunas que también se ofrecen en San Pedro. Las Sedes Regionales han madurado. De la solidaridad de las “desconcentraciones”, queremos pasar a la pertinencia de carreras propias y/o descentralizadas. Para ello, el Consejo Universitario debe tomar conciencia de que no somos el último eslabón en la cadena de la institucionalidad universitaria, sino uno más, con la misma jerarquía y estatura académica. Por ello, es urgente que se clarifique el escenario normativo para aquellas carreras que ostentan la descentralización, ya que aún bajo ese contexto mantendrían una especie de “cordón umbilical” con las unidades académicas de las cuales se descentralizan y esto va en contra de la soberanía académica de nuestras Sedes Regionales.     

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