Históricamente, las mujeres y sus logros han sido invisibilizados. Esto se refleja en situaciones diarias como la diferencia en la representación entre hombres y mujeres en algunos espacios, por ejemplo: las mujeres mencionadas en libros de historia, en las paredes de espacios oficiales de Gobierno, en un panel de expertos; las calles con nombre de mujeres (ver Geochicas y el sitio de las calles de las mujeres), entre muchísimos ejemplos más. Este análisis surge de mi inquietud sobre la participación activa de las féminas en espacios abiertos. Tomando esto en consideración, comencé a buscar como respaldar lo que percibía con datos.
El periódico es uno de los medios más accesibles de información. Al revisar continuamente las noticias, se comienza a notar ciertos patrones para el ojo que le interese encontrarlos. Para este ejercicio, se seleccionó al Semanario UNIVERSIDAD y se comenzó una recolección de información en una base de datos, la cual respalda lo que pensaba que ocurría y que, además, demuestra información impactante. Este trabajo une la recolección de datos con análisis de género, con el fin de promover un cambio.
Para ello, se analizó desde el 20 de julio de 2016 hasta el 21 de junio de 2017; tomando en cuenta las siguientes variables: rango de fechas, edición, total de artículos, cantidad de artículos por mujeres, total de artículos de opinión y cantidad de opiniones escritas por mujeres. Todo esto se unificó manualmente e incluye un total de 44 ediciones analizadas.
En promedio, en el tiempo analizado se publicaron 29 artículos por semana en UNIVERSIDAD. De estos artículos, en promedio diez fueron escritos por mujeres. Dentro de este mismo tiempo de análisis, el promedio de opiniones semanales fue de ocho, de las cuales dos fueron escritas mujeres. Hay factores que pueden influir en esto; por ejemplo, puede ser que haya más hombres que mujeres escribiendo en el Semanario; pero, en el espacio abierto para publicaciones, las mujeres no están participando. Más bien, en los artículos en general se encuentra que un 30% son escritos por mujeres, pero en cuanto a opiniones esto baja a un 20%. Existen otras tendencias de las cuales no se recolectaron datos específicos, pero los artículos de cultura y tecnología en su mayoría los escriben mujeres; mientras que temas económicos y políticos en su mayoría los escribieron hombres.
Esto se puede deber a la cantidad de periodistas con contratos para trabajar en este medio, por lo cual esto en sí hace que los números que se reflejan según el género tenga esa variabilidad, lo cual no tiene que en sí ser negativo, pero sí puede ser una de las causas del resultado obtenido. Sin embargo, en las opiniones hay un número más bajo de mujeres que participan. Pensando que el Semanario es un espacio que selecciona las mejores opiniones que reciben, que cumplan con los criterios para publicar, y que intentan incentivar diversidad de género en sus publicaciones, se podría deducir que menos mujeres que hombres mandan opiniones al periódico.
¿Será que esto un método de protección ante el exponer sus pensamientos a espacios más grandes? ¿Será que las barreras estructurales lo impiden? Lo que está ocurriendo es que nos invisibilizamos, a pesar de tener más presencia en algunos espacios nos seguimos invisibilizando en otros.
La única manera de aumentar la visibilidad de las mujeres en los medios impresos es involucrándonos más, escribiendo acerca de nuestras perspectivas, trabajos y conocimientos. Las mujeres en el 2016 éramos un 49,98% de la población, esto demuestra un desbalance en cuanto a posibles intervenciones.
Hagamos un cambio para que nos escuchen y quedemos plasmadas como mujeres que estamos actuando diferente. El primer paso es encontrar qué no nos permite actuar, y el segundo es hacer un cambio en nosotras que se refleje en el mundo.
