Opinión

Las huellas del dogmatismo religioso

En el suplemento Forja del Semanario UNIVERSIDAD, del 23 de mayo del 2018, se publica una extensa entrevista sobre el periodismo costarricense.

En el suplemento Forja del Semanario UNIVERSIDAD, del 23 de mayo del 2018, se publica una extensa entrevista sobre el periodismo costarricense. Acostumbradas como estamos (asidua lectora del Semanario) al espíritu crítico y contraste de opiniones de este  medio de prensa, sufrimos una desagradable sorpresa al terminar la lectura del artículo.

Las respuestas a preguntas complacientes no se diferencian en nada del discurso “neopentecostal” que vivimos durante la pasada campaña electoral, al atizar de nuevo el odio contra los derechos de la población LGBTI, la discriminación contra las mujeres y las afirmaciones irresponsables contra la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH). De una manera digna se han venido multiplicando las voces de protesta a la mencionada publicación tanto en el Semanario como en otros  medios de prensa.

Se subraya en la entrevista la poca cobertura a la llamada “marcha por la familia” que tuvo lugar el 3 de diciembre del 2017 en contraste con el continuo “proselitismo gay de algunos medios”.  Desde luego, se silencia que la convocatoria a “la marcha por la vida” la hicieron grupos fundamentalistas tanto de la Iglesia Católica como de las “sectas neopentecostales”, convirtiéndose en un detonante contra principios sagrados de igualdad y de no discriminación. De ahí en adelante las semanas previas a las elecciones fueron un torrente de homofobia, sexismo, racismo y xenofobia. Una de las páginas más oscuras y vergonzosas de la historia del país.

Surge de esta publicación una nueva concepción del lenguaje cargada de estereotipos, que coarta el derecho de todas y todos a expresarnos libremente. Se habla de periodistas “de lenguaje afelpado, lleno de dulzura, amariconado.” En otras palabras, el habla debe ser fuerte y dominante, la que se espera del “macho alfa”, no tiene cabida la palabra femenina o masculina que no lleve el sello del lenguaje “patriarcal”.

Se da también una nueva definición de periodismo, pues si se respetan los patrones anteriores, el periodista está ejerciendo un verdadero “sacerdocio” y, tal como ocurre con el fundamentalismo religioso, se cuenta también con una feligresía que de manera pasiva acepta la violación de los derechos humanos.

Tanto el entrevistador como el entrevistado forman una alianza incondicional de maestro-discípulo, en donde la palabra del maestro está por encima de una posible crítica del alumno. Los antiguos ya habían acuñado el término magister dixit, imponiéndose así la llamada enseñanza magistral en las universidades medievales.

La Universidad de Costa Rica y dentro de ella el Semanario UNIVERSIDAD se han caracterizado por una defensa permanente de valores referidos a los derechos humanos. Afirmaciones como que “la Universidad es una institución garante de los derechos de todas las personas”, o artículos  de la nueva Convención Colectiva que reafirman “derechos como la igualdad y la no discriminación, la equidad de género y el reconocimiento de derechos a personas del  mismo sexo” deben constituirse como un faro que ilumine cada rincón de la institución.

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