Lagunas mediáticas

La hipótesis de una historia, la suposición  de triunfo, celebrar sin la copa, el júbilo antes del gol, el casi que se atora, o emprendedurismo en la nada. Peticiones al ejército como una vuelta al pasado, los gobiernos que deben caer porque así alguien lo indica, y la prensa… punta de lanza de esa estrategia y arremetida mundial de las corporaciones, para no soltar ni un río, una mina, un pozo, un acre, un servicio público, los recursos de esas sociedades que han cometido la imprudencia de sentirse libres y dueñas de su destino. ¡Ah! y una inmigración provocada que se desecha como el plástico, telón de fondo del siglo XXI. Stephen King no escribe cosas tan escabrosas. Con lima o sin lima, la rueca informativa, siliconeada con propaganda, deslegitima los verdaderos acontecimientos y enardece la desestabilización. Pero la ley… es la ley, y con esto el enredo. Todo transita por una realidad que nadie conoce. Porque lo dicen, sé que este es mi país y que así debe ser. El daño está hecho, la manipulación es ingrediente perfecto, para que al fin, el clamor popular sea ¡Ay viste! cuánta corrupción (que solo pesa en la otra rivera) toda junta, qué países estos, la Lula y el Rousseff son terribles. Por favor, averigüen al menos, a quién están implicando, y si lo dicho tiene sustento, y además, quién lo dice y a quién beneficia. En verdad, el mayor peligro de la libertad de expresión es la prensa.