Opinión

La voz de su amo

De mis tiempos de niño, recuerdo a una empresa estadounidense y  sus muchas victorias en el negocio de los tocadiscos. Me gustaba mucho su anuncio, en el que un perrito blanco, plantado ante un enorme altavoz, oía la voz muy familiar de su amo. Ayer la volví a oír: ya no está el perrito, pero el amo se dejó sentir y su voz se oyó potente e imperiosa previniéndonos contra el chantaje, el espionaje y la presión ciberespacial de feroces dragones orientales. ¿Chantaje, espionaje y presión? Me suena a viejo conocido de décadas atrás.

¡Qué paradoja! El experto en chantaje y presiones contra gobiernos soberanos y soberano indiscutible en eso del ciberespionaje  (remember:  Julian Assange, Edward Snowder y Chelsea Manning) ahora viene con tales argumentos.  Y la víctima es el presidente de un paisecito, aliado incondicional y hasta servil, el que ahora recibe el chaparrón insolente que lo deja en tan mal predicado ante la opinión pública. Todo para que, al final, los ticos quedemos con los bolsillos vacíos ante lo que el amo nos venderá como una carísima tecnología 4G cuando los otros, ya en camino hacia la 6G, nos venderían casi regalada su propia 5G.

Y al que no quiere caldo, dos tazas. Ahora el gran amo del norte, no contento con el desierto sangrante en que ha convertido Gaza, gracias a su ayuda incondicional a Israel, nos sale con otra de sus “fantásticas” ideas. Nada menos que Gaza, ya libre de su molesta población “subhumana”, así lo dijo un ministro israelí, se reconstruirá como un paraíso turístico para multimillonarios, atropellando así las muchas resoluciones de la ONU que reconocen la Franja de Gaza como parte del futuro Estado palestino. Y todo con el oro estadounidense, que está para cosas así, por millones para aviones, tanques y bombas de 1.000 kilos, pero no para garantizar a sus propios millones de pobres durmiendo en las calles un Estado del bienestar como el que, a pesar de las zancadillas del Estado costarricense, aún tenemos en este país.

 

Digámoslo ahora claro y rotundo a favor de Palestina: habrá que esperar las resoluciones de dos altos tribunales internacionales ante los que Israel ha sido acusado por lo que, millones y millones de telespectadores hemos presenciado como lo que no puede ser otra cosa que un genocidio: “Exterminio o eliminación sistemática de un grupo humano por motivo de raza, etnia, religión, política o nacionalidad” (RAE). A confesión de partes, relevo de pruebas: altas autoridades, militares y políticos de Israel han formulado declaraciones públicas que no dejan lugar a duda de ello; lo que han complementado con hechos horrorosos (bombardeos a campos de refugiados y hospitales, privación de alimentos, agua y medicamentos, asesinatos masivos de gazatíes sobre todo niños y mujeres, movimientos forzados de población a sitios supuestamente seguros y luego bombardeados, etc.).

Israel está a punto de convertirse en un Estado paria (como ocurrió con Sudáfrica con el apartheid). La Asamblea de las Naciones Unidas debería suspender de inmediato su membresía. Y países de tradición supuestamente democrática, como Costa Rica, deberían tomar dos medidas: la primera, unirse al grupo de países que apoyan la acusación a Israel por genocidio, según Sudáfrica e, inmediatamente, cortar o suspender sus relaciones diplomáticos y de todo tipo con Israel, país que se ha convertido él mismo en un país terrorista, bajo la dirección de un partido extremista y ultrarreligioso, con un tal Adolfo Netanyahu, desde ahora y en adelante, de muy mala memoria.

Suscríbase al boletín

Ir al contenido