El pasado 12 de julio cerca de las 10 p.m., en el área de San José, fue asesinado un joven de 19 años, su nombre era Marco Calzada, apasionado por ayudar a los demás y abocado a sus principios. Esta noticia causó conmoción al país entero y esto solo es reflejo de la sociedad violenta, desalmada y cruel en la que estamos envueltos hoy en día.
En su parte de opinión, La Nación publicó un artículo, dónde explicaban que los presuntos responsables del hecho se habían entregado ante las autoridades y se resalta que solo uno de los sujetos era mayor que la víctima, siendo apenas jóvenes de 14, 16, 17, 19 y 21 años. Es importante recalcar que esto es el resultado de sumas problemáticas existentes, la falta de valores, el deseo de conseguir las cosas de manera fácil, el incremento de la pobreza debido a la alza del costo de vida, la falta de oportunidades y carencia de algún tipo de “status”, como lo menciona el señor Helio Gallardo en su texto: Teoría y crisis de América Latina, haciendo referencia a la educación, principalmente universitaria, además, se identifican como antisociales, gracias a su carencia por pertenecer al orden de la sociedad, por lo tanto, no forman parte del pueblo.
No es ninguna casualidad que se sigan observando hechos tan fatales como este, ha habido un aumento considerable en muertes a manos de delincuentes en los últimos años.
La historia de América Latina ha estado marcada de violencia desde sus inicios y hasta el día de hoy, y es un problema que está lejos de mermar. En ella, encontramos casos como los que suceden en Nicaragua, por abusos de poder de parte del Gobierno, los cuáles permiten que se desarrollen problemáticas como niveles de pobreza, vandalismo, actos delictivos, los cuáles hacen que el clima político y social que se respira en el país sea de inestabilidad y sufrimiento, donde se dan pocas oportunidades y donde la vida es totalmente incierta. Según la columna de Swissinfo, entre el mes de enero y junio del año 2021, se registraron 190 homicidios, por el cuál se puede decir que la violencia es “sostenida y creciente”.
Es posible observar distintas relaciones entre conceptos que se han visto muy presentes en América Latina, como: individuo, conflicto y convivencia, subjetividad y formas de violencia, afectos, sufrimiento y vulnerabilidad y discurso, crítica y violencia, los cuáles Gallardo menciona como “ejes”, los cuáles representan la realidad existente en nuestro territorio.
Como mencionó un filósofo Español en una conferencia sobre la relación de un individuo y violencia: “La distancia entre un león hambriento y un torturador, asesino u opresor humano, es que el segundo racionaliza y explica su violencia, en cambio, el león sonríe, porque asume que así son las cosas, mientras no cambien. Y políticamente él no puede cambiarlas”.
