Opinión

La UCR requiere un Plan Institucional de Docencia Virtual responsable.

Nos unimos a las solicitudes de suspensión del ciclo lectivo y hacemos un llamado al redireccionamiento de los esfuerzos de la administración y de los tiempos asignados en docencia hacia la elaboración de un “Plan Institucional de Docencia Virtual UCR”

El 16 de marzo la UCR suspendió lecciones presenciales para el ciclo lectivo I-2020, en respuesta a la declaración de emergencia nacional por el COVID-19. De acuerdo con la administración, ante el contexto mundial de crisis por la pandemia, el personal docente impartiría clases virtuales de los cursos que fuese viable, mediante las plataformas tecnológicas de la universidad y con apoyo de las instancias competentes en la institución.

Continuar el semestre en estas circunstancias implicó cambios abruptos en las estructuras formativas sincrónicas y asincrónicas, una reconfiguración drástica de la comunicación y barreras pedagógicas para migrar en el corto plazo carreras completas diseñadas como presenciales, a un nuevo modelo de educación a distancia.  En consecuencia, actualmente se evidencian grandes limitaciones, brechas y desigualdades en nuestra universidad.

Con instrucciones de la administración, el personal docente asume la virtualización de los cursos que sí pueden impartirse en esta modalidad y la coordinación directa con estudiantes. Esto representa una sobrecarga importante con el rediseño de programas de curso para entornos digitales, desarrollo del ciclo lectivo a distancia, atención de las nuevas necesidades académicas estudiantiles y atención psicosocial de estudiantes ante el contexto de crisis.

Cada unidad académica, por su parte, se ve obligada a definir individualmente su rumbo y a suspender de manera total o parcial los cursos que, por su naturaleza, no pueden migrar a espacios virtuales, como talleres, laboratorios, prácticas profesionales y las giras, fundamentales para complementar conocimientos adquiridos. Esto conlleva un impacto directo en los planes de estudios, de acuerdo con los requisitos y correquisitos de cada carrera, y variación en el calendario universitario.

Nos enfrentamos además con la exclusión de estudiantes y docentes del proceso de virtualización por brecha digital, que se traduce en brechas de calidad entre los cursos, dependiendo de los recursos y capacidades tecnológicas individuales de cada docente.

A pesar de los esfuerzos de la comunidad universitaria para cumplir con las disposiciones de la administración, nuestras plataformas virtuales son insuficientes y la capacidad instalada del METICS y el Centro de Informática es menor a la demanda.

La administración no ha aceptado ninguna de las solicitudes de suspensión del ciclo lectivo, emitidas desde diferentes sectores de la comunidad universitaria; al día de hoy,  ni siquiera ha atendido la solicitud expresa de Consejo Universitario.

Mientras tanto, el inicio en falso del semestre ha generado incertidumbre sobre la continuidad del año lectivo 2020, ha repercutido en el bienestar de la comunidad universitaria y profundizado de manera alarmante la desigualdad y la exclusión de estudiantes con vulnerabilidad social y económica del ciclo lectivo, situación que la universidad pública, como motor del cambio social, debería disminuir, nunca potenciar.

Estas medidas suponen esfuerzos remediales individuales, no solo de cada unidad académica, sino de cada docente, sin un plan institucional de transición organizado, basado en la articulación de aportes docentes, estudiantiles, administrativos y de especialistas en tecnologías de información. Corresponde entonces, hacer una pausa, definir la hoja de ruta y retomar los procesos formativos de forma ordenada y responsable.

Nos unimos a las reiteradas solicitudes de suspensión del ciclo lectivo I-2020 y hacemos un llamado vehemente al redireccionamiento de los esfuerzos de la administración y de los tiempos asignados en docencia hacia la elaboración de un “Plan Institucional de Docencia Virtual UCR” que establezca mecanismos efectivos de comunicación y formación para el contexto de una emergencia nacional.

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