Opinión

La sostenibilidad de las pesquerías costarricenses trasciende el actual discurso político de “pesca sostenible”

La dinámica de los aspectos biofísicos y socioeconómicos de las pesquerías está en constante cambio.

La dinámica de los aspectos biofísicos y socioeconómicos de las pesquerías está en constante cambio. Es por esta razón que la investigación a largo plazo y el desarrollo de conocimiento científico en distintos componentes de los sistemas pesqueros son indispensables para la generación de políticas pesqueras fundamentadas en la ciencia.

Sin embargo, los países en vías de desarrollo presentan amplias limitaciones en investigación y desarrollo de conocimiento científico debido a la escasa inversión en programas de investigación, personal capacitado, infraestructura, proyectos a largo plazo y por ende insuficientes acciones colaborativas de calidad que ayuden a incidir de manera efectiva en las políticas pesqueras y en la sostenibilidad en el aprovechamiento de los recursos.

En Costa Rica, el manejo pesquero se ha desarrollado bajo un sistema de manejo comando-control que tiende a proponer soluciones simplistas basadas en supuestos de producción y maximización de la renta en el corto plazo, sin indicadores de sostenibilidad ni herramientas de manejo adecuadas para dar seguimiento a las complejas interacciones biofísicas de los sistemas ecológicos y las adaptaciones en las prácticas de pesca de las flotas. Existe evidencia que cuando las prácticas de extracción no son apropiadas, limitan la disponibilidad de las especies objetivo en las áreas de pesca y promueven su agotamiento.

A nivel nacional, el actual discurso político de “pesca sostenible” hace énfasis en mejorar la selectividad de las artes de pesca y respeto de tallas mínimas de captura, que si bien son herramientas de manejo que predeterminadamente deben dirigir el manejo de una pesquería, la contraparte gubernamental asume que con la aplicación de estas dos herramientas aisladas y estáticas se garantizaría la sostenibilidad per se en la extracción de recursos pesqueros a largo plazo. Esto sin considerar la necesidad de ajustar el esfuerzo pesquero a niveles que no sobrepasen la capacidad de renovación de los recursos en las áreas de pesca.

Desde hace varias décadas, en Costa Rica se ha prescindido de otras herramientas de manejo indispensables que deben guiar el desarrollo del sector: programas de mejoramiento y recuperación de stocks; planes de contingencia ante disminución de capturas (promovido por cambios ambientales o sobreexplotación); cuotas de captura; moratorias; controles en la asignación espacio-temporal del esfuerzo pesquero; tasas de recuperación de fondos marinos; indicadores de riesgo ecológico (para hábitats y especies); estimaciones de biomasa (con la ayuda de ecosondas cuantitativas científicas); implementación de la aproximación “comida inteligente” para enlazar productores y consumidores; planificación eco-regional marina; entre otras.

La ausencia de estas y otras herramientas de manejo de pesquerías explicaría por qué algunas especies de interés comercial muestran señales de sobrexplotación y confirmaría la disipación de la renta de los sistemas de producción pesqueros nacionales.

Adicionalmente, la ausencia de planes de manejo que incluyan indicadores de sostenibilidad y que muestren con datos científicos tendencias positivas en la abundancia relativa de especies de interés comercial y tendencias positivas en la renta, hace que aumente el riesgo de colapso en las pesquerías costarricenses.

En el plano institucional, un Incopesca con altas limitaciones científico-técnicas, presupuestarias y dependiente del Ministerio de Agricultura en la toma de decisiones, limita desarrollar el potencial de manejo pesquero y acuícola que necesita el país y es incapaz en afrontar las complejidades inherentes al manejo de recursos marino-costeros, como el cambio climático o las tendencias emergentes de mercado.

La realidad operativa y el statu quo de esta institución fomenta su permeabilidad a la influencia de ciertos gremios y grupos de interés en la toma de decisiones, lo que conlleva al desarrollo de políticas pesqueras ineficientes; promueve acciones distorsionadas en procesos de diálogo desligados de enfoques de investigación integrativa y omite prerrequisitos científico-técnicos que ayudarían a impulsar el desarrollo del sector a través del principio de equidad intergeneracional en el aprovechamiento de los recursos pesqueros del país.

¿Hasta cuándo los costarricenses seguiremos tolerando la irresponsabilidad política de designar cada cuatro años a directores ejecutivos (de Incopesca) sin competencia profesional en el tema pesquero?

¿Hasta cuándo ocurrirá una intervención y reestructuración de Incopesca con el fin de revertir el proceso de deterioro de las pesquerías costarricenses?

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