La sociología del deporte es aquella que se encarga de explicar las relaciones sociales que se encuentran en él, tanto en los espacios de “participación” activa (práctica) como en su parte “pasiva” (como espectador). Grandes sociólogos como Norbert Elías o Pierre Bourdieu escribieron en sus diferentes contextos históricos las relaciones que el deporte ha tenido, desde una clara lucha en la II Guerra Mundial en los Juegos Olímpicos de Berlín 1936, hasta en la Guerra fría, en Estados Unidos.
El fútbol experimentó un crecimiento exponencial desde su nacimiento en 1886 en Inglaterra; posteriormente llegó a América producto de una Guerra entre Argentina-Brasil-Uruguay, contra Paraguay. Estas relaciones muy probablemente trajeron el fútbol y, junto a ello, las primeras “barras bravas”, a Argentina especialmente.
Una de las tendencias que la sociología del deporte se ha encargado de explicar es la aparición de las “barras bravas” como fenómeno social, y su alto nivel de coerción, así como la violencia (desde la aparición de los hooligans). Pero esta especialidad de sociología ha dejado de lado otras facetas del deporte como: los procesos de formación masculino, la formación de los árbitros, los discursos en el deporte, etc, pues no se ha producido mucho al respecto en el país.
Sin embargo, temas como otros deportes o disciplinas deportivas, la inclusión de la participación de la mujer en la práctica deportiva y las “barras bravas” no han estado presentes en los estudios. Las investigaciones dedicadas a encontrar los discursos nacionalistas, la participación de la religión, el racismo y el nacionalismo tampoco han estado presentes en los contenidos de la sociología del deporte.
Por esa razón tomaré parte de la discusión de esta especialidad en dicha disciplina científica, para dar mi opinión al respecto de lo que está sucediendo en el ámbito deportivo y social. Como punto de partida, resalto la situación compleja que está atravesando la provincia de Limón, que afecta también al equipo Limón F.C como institución deportiva. Específicamente, a quienes más les afecta es a los jugadores, quienes han mencionado que les están pagando menos de la mitad del salario.
Lo preocupante es que la Unafut , como ente del máximo ente regulador de la Liga de Primera División, no haya intervenido sin afectar al club, pues para nadie es un secreto que desde esta provincia han salido grandes jugadores. Asimismo, porque también dinamiza, aunque sea por un fin de semana, la economía local, el abordaje de las problemáticas debe ser integrar. Es decir, debe abarcar desde el fútbol hasta Japdeva, y permitir así dar señales de que se busca una reactivación económica en esta provincia que por años y gobiernos ha sido abandonada a “vista y paciencia” de todas las personas.
Otra de las problemáticas muy vigentes expresadas en los lugares menos pensados, es el racismo. Incluso después de una campaña de Unafut contra esta forma de discriminación, en el partido de Campeonato Nacional, Cartago contra Liga Deportiva Alajuelense, el portero Darryl Parker fue agredido verbalmente con insultos racistas por un grupo de “aficionados” de la Liga. Si esto sucede en el deporte, ¿qué podrá estar pasando en otras esferas de la realidad social? La respuesta tal vez no nos juste, pero justo ahí es donde nace la oportunidad de pensar nuestras conductas y ser conscientes de los mensajes que estamos transmitiendo.
Cabe resaltar la respuesta del volante de la Liga José Miguel Cubero, quien, al darse cuenta, abrazo al portero de Cartago, e hizo el llamado a parar los insultos. No conformándose con ello, en la entrevista que brindó terminado el partido también hizo un llamado al televidente, a tratar de eliminar estos discursos y prácticas racistas.
Lastimosamente, la inmediatez con la que se movieron los mercados de jugadores de fútbol, como el hecho de que Keylor Navas, hasta entonces portero del Real Madrid, pasara a formar parte de las filas del Paris Saint Germain, robó la atención del espectador y aficionado del fútbol, sin que se tratara el tema del portero de Cartago o el de Jossimar Pemberton con Paté Centeno (en este otro caso el Tribunal Disciplinario tomó la decisión de no sancionar al entrenador morado) de una forma exhaustiva.
