Opinión

¿La saturación del mercado eléctrico regional (MER)?

Esta pregunta surge al observar el comportamiento futuro de la economía de los seis países que lo forman, sobre la base de la intensidad eléctrica de su producción de bienes y servicios, en términos del insumo cantidad de electricidad para producirlos, el grado de cobertura eléctrica en el territorio de cada país y la calidad de vida, a la que puede aspirar la población, según sus hábitos de consumo y la distribución nacional del ingreso; y no se representa de manera adecuada con la proyección aislada del comportamiento del consumo eléctrico sin tomar en cuenta la realidad de las variables económicas y sociales que lo condicionan.

Técnicamente, es imprescindible considerar que el sistema eléctrico interconectado centroamericano, (SIEPAC), básicamente es un sistema radial de 230kV, aislado, con una sola interconexión externa en 400kV con México, el que suministra la energía necesaria para asegurar la satisfacción de la demanda a precios competitivos y contribuir a la estabilidad del sistema.

Según las proyecciones del crecimiento del PIB, de la CEPAL, abril del 2023, por país, ese crecimiento proyectado, más no desarrollo, será de: México, 1,5%, Costa Rica, 2,7%, El Salvador, 2,0%, Guatemala, 3,2%, Honduras, 3,0%, Nicaragua, 2,3% y Panamá, 4,6%, denotando una desaceleración de la producción en todos los países, lo que condiciona la participación de la electricidad en los costos de producción y en el bienestar de las familias. Basadas principalmente y cada vez más en servicios, comercio, turismo, remesas, agricultura, maquila y construcción, resulta difícil explicar el crecimiento del consumo eléctrico en estos sectores, mientras no aparezcan industrias nuevas intensivas en el uso de electricidad, diferentes del cemento y el azúcar actuales, con encadenamientos productivos hacia atrás y adelante.

El Ente Operador Regional del MER, que define el Planeamiento operativo de América Central 2023-2024, actualización a enero del 2023, indica un crecimiento de la demanda eléctrica de 4,8% y 4,5%, 2023 y 2024, respectivamente, con respecto de la demanda del 2022 de 59502GWh. Para el 2023, el crecimiento económico de América Central apenas si llegará al 3%, lo que resulta contradictorio con la predicción eléctrica regional, a menos que el consumo se deba a un aumento de la demanda residencial. Para el 2024, el EOR, pronostica un crecimiento de la demanda eléctrica por países de 2,93% en Guatemala, de 4,72% en El Salvador, de 3,47% en Honduras, de 4,91% en Nicaragua, de 2,2% en Costa Rica y de 8,48% en Panamá, lo que refleja un repunte importante en crecimiento del consumo eléctrico, para estos dos años, con énfasis en Honduras, Nicaragua y Panamá.

Es relevante el hecho de que el acceso a la electricidad, por la red eléctrica o por sistemas aislados, alcanza cerca del 95% de las viviendas en la Región, lo que sugiere que el desarrollo eléctrico resulta más costoso para alcanzar el resto, pero también que reduce las necesidades de consumir, aunado a que el crecimiento de la población ha disminuido su ritmo, al igual que la fecundidad, aunque hay una tendencia a concentrarse en zonas urbanas.

En cuanto a la capacidad instalada de generación se debe mencionar que las adiciones más apetecidas son las centrales con gas natural y las solares. Según el EOR (datos de los países), en 2022, la capacidad de generación alcanzó los 17576,9MW, habrá incorporaciones, entre 2023 y 2024 de 1660,8MW, y retiros de 503,79MW principalmente térmicos. Esto contrasta con los picos anuales de potencia no coincidentes por cierto, pero que en la mayoría de los países apenas alcanzan el 50% de la potencia instalada, evidenciando en los que tienen mayor participación renovable, la duplicidad que implican las fuentes variables y la menor necesidad de respaldo en los que conservan una capacidad térmica instalada mayor. Además, resulta evidente la carrera de todos los países, por tener una capacidad para desintoxicarse de las emisiones de CO₂, pero también para cubrir su demanda creciente, según pronósticos y dejar de importar y convertirse en exportadores regionales, lo cual evidentemente complica las operaciones del mercado y evidencia la poca credibilidad en confiar su seguridad energética a los vecinos.

Resultado de esta situación, según Informe de estadísticas eléctricas de CEPAL, 2022, al representar la evolución de inyecciones y retiros de energía eléctrica, que es uno de los pilares de la existencia del mercado centroamericano,  se observa una tendencia a la saturación de las operaciones. Así lo confirma el valor dado en el sitio del EOR para el 2022 de 3108GWh inyectados y 3078,7GWh retirados, que anualmente son equivalentes.

Pero, al hacer las estimaciones del MER para 2023 y 2024, el EOR en Informe de Planeamiento operativo consigna 4523,4GWh y 4334,9GWh respectivamente, lo cual podría ser acertado, pero se sale de la evolución normal histórica del comportamiento del mercado.

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