La publicación aparecida la semana pasada en una edición especial de Semanario Universidad sobre la existencia de un bufete panameño, denominado “Mossak Fonseca”, dedicado a la creación de vínculos corporativos de empresas originadas en distintos países, con paraísos fiscales en diversas partes del mundo, constituye un valioso trabajo de periodismo investigativo, de carácter independiente, que no persigue otro propósito que el de revelar quiénes están ligados y de qué manera con estas maniobras de carácter financiero, cuyo propósito fundamental es el de eludir los controles fiscales en sus países de origen.
Además del Semanario Universidad, la información proporcionada por el Consorcio Internacio- nal de Periodistas de Información, fue divulgada en Costa Rica también por “DataBase”, unidad de investigación de Amelia Rueda. com, aunque su análisis y elaboración para la prensa la realizó cada entidad informativa de manera independiente.
La información presentada por “Universidad” se esmera en poner en evidencia, de una manera objetiva, la forma como empresarios, banqueros y políticos costarricenses realizan maniobras bursátiles para alojar fortunas en paraísos fiscales que usan como santuario.
No hay en ninguna página del documento, ni un solo infundio, dato falso o expuesto con ánimo de agraviar a nadie. Sin embargo, la reacción airada de algunas de las personas o entidades aludidas en la infor- mación se canaliza de manera exclusiva contra el órgano universitario, con argumentos ad hominem, tratando de descalificarlo etiquetándolo de “izquierdista” y otros calificativos que preten- den inútilmente deslegitimar la información brindada por el Semanario Universidad.
Más allá de eso, la información aportada por Universidad incide de manera punzante en la crisis fiscal que vive nuestro país, precisamente cuando existe una tensión entre los sectores que se oponen a una reforma fiscal de carácter progresivo y quienes la impulsan, no solo como forma de enjugar el déficit fiscal que amenaza con dispararse a niveles inmanejables, sino aun más, como una forma de hacer justicia en cuanto a quiénes deben llevar el peso de la carga tributaria.
En esta coyuntura hay que destacar el valor el equipo periodístico de Universidad, en pri- mer lugar de su director, Ernesto Rivera, quienes durante cinco meses de arduo trabajo, analizaron, organizaron y dispusieron la información para el conocimiento público. Este equipo periodístico calificado ha honrado a la academia en su afán de búsqueda de la verdad, a sabiendas de que, con la publicación de la información iban a tocar intereses económicos, mediáticos y políticos muy poderosos en Costa Rica.