Opinión

La realidad del sentido solidario de los servidores del Poder Judicial

Es obvio que el divulgar falsas especies en contra de este poder de la República, forma parte del esfuerzo articulado por parte de los enemigos de la democracia, para debilitar el Poder Judicial

Édgar Espinoza, para quienes no lo conocen (actualmente son muchos), es un periodista, venido a menos desde hace muchísimos años. Algunos recordamos su paso por el diario La Nación, donde estaba a cargo de la columna “Al Grano”, desde la cual mediante un humor sarcástico abordaba temas nacionales e internacionales, algunas veces de forma atinada, pero casi siempre con una chabacanería, propia de un charlatán en una mesa de tragos.

Luego de la salida del diario de Llorente, Espinoza no ha tenido notoriedad, salvo por ser el esposo de Pilar Cisneros -ex directora de Telenoticias de Canal 7- y por su desteñida labor en el medio digital crhoy.com, cuya línea editorial, al igual que el medio de prensa en que trabajó anteriormente nuestro personaje, se caracteriza por los ataques infundados al sector público y la defensa a ultranza de los intereses mezquinos e inmorales de algunos dueños del gran capital de Costa Rica, de ahí que, el pobre de don Édgar, tiene constreñida su actividad periodística a los intereses la peor parte del sector más acaudalado del país.

En ese lamentable contexto, don Édgar complace a su patrono, atacando a los funcionarios judiciales, echando mano de las falacias más burdas y vulgares, tales como la premisa falsa y la generalización, cuando en una grotesca sección del pseudo medio de comunicación para el cual trabaja, titulada “Silla de honor y Silla de horror” (crhoy.com, abril 4, 2020 9:27 am), coloca a los funcionarios judiciales en la “Silla del horror” -así, en forma general, como si se tratara de la generalidad de los servidores del Poder Judicial- bajo el erróneo argumento de que “… están en sus casas con goce de salario pero se rehúsan a perder sus días de vacaciones ignorando a los miles de trabajadores que se han quedado sin sus empleos e ingresos y tienen hambre ¡Deprimente!…”.

Deprimente es la mediocridad de este “periodista”, solo superada por su mala fe, toda vez que, en primer lugar, no todos los servidores del Poder Judicial están en sus casas sin hacer nada y recibiendo salario, pues quienes no están teletrabajando, están realizando audiencias y atendiendo todos los servicios que normalmente presta este Poder de la República.

En segundo lugar, la propuesta de los sindicatos va encaminada a reponer el tiempo no laborado de esos servidores, luego de pasada la crisis sanitaria, de forma tal que, ese tiempo no laborado por causas fortuitas no atribuibles a los trabajadores, no generaría perjuicio alguno al servicio público.

En tercer lugar, lo que han reclamado algunos de los sindicatos del Poder Judicial, a favor de los servidores que no pueden teletrabajar (en su mayoría auxiliares o técnicos, no profesionales y con bajos ingresos) es que no se les puede obligar a tomar vacaciones durante la crisis sanitaria, porque evidentemente las vacaciones tienen una naturaleza jurídica diversa a la recomendación de mantenerse en la casa en una crisis sanitaria, tal como lo señaló la Magistrada Julia Varela, en una de las audiencias de Corte Plena, en que se dispuso suspender algunos de los servicios del Poder Judicial. Los derechos laborales no pueden ser obviados y desvalorados, pues eso implicaría abrir un peligroso portillo que puede afectar no solo a los servidores judiciales, sino a todos los trabajadores del país.

Es evidente que don Édgar desconoce la dura labor de los trabajadores judiciales, si la conociera, no dudaría en afirmar que las vacaciones son más que merecidas, son una necesidad imperiosa. Obsta señalar que por el alto circulante y por las agobiantes jornadas laborales, en esta institución muchas personas padecen el síndrome Burnout (un tipo de estrés laboral, un estado de agotamiento físico, emocional o mental).

Espinoza pretende volcar a la opinión pública en contra de los funcionarios judiciales bajo el falso argumento de que, no permitir que se vulneren derechos laborales implica no ser solidarios con los miles de trabajadores que se han quedado sin empleo (precisamente -en muchos de los casos- por la falta de solidaridad de algunos exponentes del sector privado), pero, lo peor de todo es que miente, al hacer una generalización.

Es obvio que el divulgar falsas especies en contra de este poder de la República, forma parte del esfuerzo articulado por parte de los enemigos de la democracia, para debilitar el Poder Judicial, pues así, tendrían luz verde para hacer de las suyas.

Abraham Lincoln en algún momento dijo algo muy cierto: “Puedes engañar a todo el mundo algún tiempo. Puedes engañar a algunos todo el tiempo. Pero no puedes engañar a todo el mundo todo el tiempo”, por eso, compadezco a don Édgar, pues su pobre -por no decir nulo- legado, en sus últimos años de ejercicio de la profesión, ha sido opacado al estar al servicio de quienes quieren desmantelar nuestro sistema democrático, engañando al pueblo para favorecer a los que más tienen, pero, tal como afirmó Lincoln, eso no es sostenible en el tiempo. Somos muchos quienes estamos empeñados en defender el legado democrático y el sistema de bienestar social obtenido en los últimos años; por eso, no vamos a permitir que por medio de falacias se tilde de poco solidarios a los funcionarios judiciales, cuando la realidad es otra y, muchos costarricenses serán conscientes de esto.

Suscríbase al boletín

Ir al contenido