Opinión

La política para las personas jóvenes

Históricamente, las personas jóvenes hemos sido discriminadas en diferentes espacios de nuestra vida ciudadana bajo la lógica de un sistema patriarcal

Históricamente, las personas jóvenes hemos sido discriminadas en diferentes espacios de nuestra vida ciudadana bajo la lógica de un sistema patriarcal y adultocéntrico, que ha generado diferentes mecanismos para lograr esta exclusión. Ser jóvenes parece incomodar a la reproducción de estructuras económicas, políticas y sociales.
Unos de los espacios donde, por definición, las personas jóvenes tenemos una mayor oportunidad de participación ciudadana y política son los partidos políticos, instituciones estatales, puestos de elección popular, organizaciones gubernamentales y no gubernamentales, entre otros órganos que se presumen con una mayor cercanía a las personas encargadas de regir la sociedad. Sin embargo, estos espacios han venido siendo ocupados por personas adultas (no solo por su condición etaria, sino también por la lógica desde la que operan y llevan a cabo sus acciones), justificadas por su experiencia y capacidades deseables para cada uno de los puestos dentro de estos espacios, logrando así que el lugar de acción de las personas jóvenes sea nulo o reducido, con una serie de limitaciones.
Pretender que la juventud comience a ocupar más lugares dentro de los partidos políticos y diferentes organizaciones es una forma de romper con el adultocentrismo que reina en nuestro país y que, en la acción política, no es la excepción. Por eso, de cara a las próximas elecciones nacionales, las personas jóvenes debemos, en primer lugar, informarnos sobre nuestros derechos, sobre las leyes que nos atañen, caso de Ley General de la Persona Joven, y sobre todas aquellas iniciativas que buscan mejorar las condiciones de existencia de la juventud en la sociedad costarricense. En un segundo momento, es importante brindar apoyo a la consolidación de iniciativas que beneficien este segmento poblacional; y por último, y no menos relevante, aprovechar los espacios que se nos abren y desde ahí tratar de influir lo más posible en busca de una sociedad mejor para que, de una vez por todas, la voz de las personas jóvenes tenga peso en la escena política nacional y en la toma de decisiones.
Por más que no creamos en las figuras políticas, por más que no creamos en los partidos políticos, por más que no creamos que la política sea la vía que solucione los problemas del país, más allá de eso, las puertas que se abren nos invitan a aventurarnos y a apropiarnos de espacios para demostrar que, desde la juventud, podemos construir una nueva forma de hacer política, una política de las personas jóvenes para las personas jóvenes.
El mayor retroceso es creer que la política es para que los adultos nos dominen y limiten nuestra acción política. Las juventudes tenemos mucho que hacer y decir. ¡Que la apatía y descontento con la política sea cosa del pasado y que el empoderamiento y la participación política de los jóvenes sea el presente para un mejor futuro!
Debemos alentar a las juventudes a buscar la renovación de la política costarricense y a fortalecer la convicción de que tenemos la capacidad de forjar y construir un mejor país para todos, porque Costa Rica necesita más jóvenes actuando. “Los tiempos están cambiando, el tiempo viejo se acaba. Hay un tiempo nuevo y joven que busca la madrugada”, dice la canción. Las personas jóvenes tenemos el derecho y el deber de hacer realidad estos versos.

Suscríbase al boletín

Ir al contenido