Opinión

La Matanza

Al final de la tarde del 2 de octubre de 1968, hace ya 50 años, en la plaza llamada de las Tres culturas, en la ciudad de México, ocurrió una lamentable matanza de estudiantes jóvenes

Al final de la tarde del 2 de octubre de 1968, hace ya 50 años, en la plaza llamada de las Tres culturas, en la ciudad de México, ocurrió una lamentable matanza de estudiantes jóvenes, ejecutada por el gobierno de turno de Gustavo Díaz Ordaz.

Este sangriento suceso se convirtió en un parteaguas del sistema político de ese país creado posterior a la revolución de 1917, que el escritor Mario Vargas Llosa bautizó como “la dictadura perfecta”.

Sistema político gobernado por solamente un partido, el partido revolucionario institucional (PRI) creado por el expresidente Plutarco Elías Calles. Un sistema corporativo autoritario que junto con sindicatos, empresarios, medios de comunicación, militares y otros, gobernaba ese enorme país latinoamericano.

En ese año contestario de 1968, al igual que los jóvenes estudiantes de mayo en París que protestaban por la liberación sexual, los mexicanos lo hacían contra este sistema autoritario.

En medio de la protesta mexicana, a solo 10 días de llevarse a cabo las olimpiadas por primera vez en suelo de un país latinoamericano, el ejército encabezado por el secretario de gobernación y posterior presidente Luis Echeverría, ejecuta en la plaza de las Tres Culturas un genocidio donde extraoficialmente se habla de una cifra de 300 muertos y no de 26, como oficialmente lo indicó el gobierno.

Este hecho, que como en muchos países latinoamericanos en el siglo XX fue utilizado el ejército para callar y reprimir a sus propios pueblos, definitivamente constituyó el punto de quiebre de ese sistema político.

Además, lamentablemente, de los movimientos estudiantiles de ese año en el mundo de 1968 fue el único que terminó en un baño de sangre.

Al fin la llama olímpica se prendió y los juegos se llevaron a cabo, el principal instaurador de la matanza, Echeverría, fue elegido posteriormente presidente en 1970.

El país siguió con una guerra sucia contra los movimientos contestarios y así, en 1971, sucedió “el halconazo” donde ocurrió otra matanza de estudiantes.

Pero ya en 1988 el sistema de “la dictadura perfecta” hace aguas con el fraude en las urnas donde Cuauhtémoc Cárdenas, hijo del laureado presidente Lázaro, pierde ante el candidato oficialista Salinas del Gortari.

Ya en el año 2000, por primera vez asume un presidente que no pertenece al PRI, Vicente Fox del Partido Acción Nacional (PAN).

Sin embargo, los fantasmas de 1968 no se alejan todavía, en el año del 2014 en otro sexenio de gobierno príista, se comete el atroz crimen de 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa, estado de Guerrero, donde al igual que hace 50 años todavía no hay justicia para las víctimas y sus familias.

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