Opinión

La interiorización en uno mismo a través de la “des-sistematización”

La sociedad actual en el mundo occidental, el cual es nuestro ámbito de desarrollo, a menudo evita profundizar en el diálogo acerca de cuestiones como el sentido verdadero del ser

La sociedad actual en el mundo occidental, el cual es nuestro ámbito de desarrollo, a menudo evita profundizar en el diálogo acerca de cuestiones como el sentido verdadero del ser. Sumergidas en el consumismo, las personas tienden fácilmente a caer en un estado de inconciencia, en el cual solo procuran cumplir con un determinado papel en el sistema; buscan ser suficientes para sí mismas y para las personas más cercanas a través de su rutina diaria, de modo que se preocupan mayoritariamente por aspectos superficiales y su encaje dentro del sistema impuesto por la misma civilización de occidente. Esto les resulta mucho más sencillo que interiorizar en asuntos como el sentido del ser y de la vida misma, ya que requiere, por supuesto, un esfuerzo mucho menor.

De esta manera, el ser humano se presenta dentro del plano materialista como un actor únicamente responsable de contribuir a la sociedad mediante el aporte al crecimiento de la dinámica establecida. Así, las personas resultan seres prescindibles dentro del esquema social, de modo que su valor se determina en cuanto sean funcionales para el sistema en cual se desarrollan a lo largo de su existencia.

Realmente el ser humano constituye por su existencia misma un hecho biológico maravilloso, irrepetible. Cada miembro de la especie representa naturalmente un ser distinto a cualquier otro, con un potencial intrínseco enorme e importantísimo, en tanto sea explotado. El valor real de cualquier ser humano no es cuantificable y no depende de su éxito como actor de un sistema de pensamiento impuesto por un determinado grupo dominante en un espacio y tiempo específico. Esto no quiere decir que el crecimiento de la sociedad no sea importante, sino que cada persona requiere motivaciones propias para la búsqueda y realización personal del ser.

La realización personal de cada individuo debe depender de su éxito como seres únicos, es decir, de la explotación de sus talentos naturales a través de la puesta en práctica, lo cual, por supuesto, conlleva también fallos. En un mundo en donde cada vez más la deshumanización está presente y las personas son vistas como objetos y no como seres auténticos, es responsabilidad de cada uno velar por el cumplimiento de todos los anhelos propios, sin dejarse manipular o controlar por las opiniones impositivas de las personas, así como exhortar a los demás al mismo fin.

En conclusión, cada persona debe ser consciente de que el fin último humano no debe ser contribuir a un determinado sistema, sino la búsqueda propia de la realización personal a través del desarrollo real de la persona, basándose en motivaciones personales y estando conscientes de que el sentido de la existencia de cada uno es definido por el ser a través de la búsqueda y profundización interior en su misma naturaleza.

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