Opinión

La ingeniera industrial, la diseñadora y la bailarina

Una persona puede aprobar todos los cursos de una carrera, pero no será un verdadero practicante de su profesión si no logra atravesar ciertos...

Una persona puede aprobar todos los cursos de una carrera, pero no será un verdadero practicante de su profesión si no logra atravesar ciertos “portales de comprensión” específicos de cada disciplina. Hace 15 años, los investigadores británicos Jan Meyer y Ray Land llamaron “conceptos de umbral” a estos portales. Tres profesionales en formación –una ingeniera industrial, una diseñadora y una bailarina- nos permitirán ilustrar esta idea.

La pasión por optimizar. A lo largo de su preparación, una serie de nociones irán acompañando a la futura ingeniera industrial. De sus primeros cursos tomará la idea de “optimalidad” –la búsqueda de la mejor solución a partir de un espacio de alternativas-; luego, sumará la noción de conjuntos de partes en interacción e interdependencia mutua, es decir, “sistemas”.

Al combinar la idea de optimalidad con la noción sistémica de la relación entre el todo y las partes, estará a las puertas de un concepto de umbral clásico de la ingeniería industrial: el que se revela cuando tomamos conciencia de que optimizar las partes no conduce al óptimo del sistema total y que, inversamente, si queremos optimizar un sistema, deberemos suboptimizar sus partes.

Esta relación de optimalidad y suboptimalidad en la relación entre las partes y el todo será clave para analizar sistemas que incluyen tanto personas como tecnologías. Al interiorizar todas estas ideas, nuestra ingeniera industrial estará a punto de descubrirse como una profesional dedicada a la “optimización de sistemas sociotécnicos”.

Divagar productivamente. En algún momento de la carrera –ojalá más temprano que tarde– la estudiante de diseño comprenderá que la certeza y la búsqueda de una “respuesta rápida” son malas consejeras en el mundo del Diseño.

Entonces, sentirá un gran alivio al tomar conciencia de que la incertidumbre y la tolerancia a la ambigüedad que se presentan al abordar la tarea son una parte esencial, pero al mismo tiempo rutinaria, del proceso de diseño.

La tolerancia a la ambigüedad es, como apunta Else Frenkel Brunswick, “la capacidad de operar en un espacio de múltiples interpretaciones y resultados posibles”, o, como sentencia  Deborah Tegano “el eslabón crítico, el rasgo central del pensamiento creativo”.

Aquí encontramos varias de las características típicas de un concepto de umbral. En primer lugar, tenemos que es transformativo, es decir, cambia el modo en que se percibe la disciplina, pues la aprendiz acepta que la tolerancia a la ambigüedad al diseñar es el punto de partida para saltar al diseño innovador. Además, es irreversible, dado que es muy improbable que sea desaprendido. Finalmente, es problemático, pues la estudiante debe asimilar saberes complejos o contraintuitivos, como aceptar que vivirá de modo recurrente la experiencia de divagar (surfacing around) en el proceso de construir soluciones de diseño, incluso como profesional.

Aprender en el cuerpo. A lo largo de su preparación académica, la bailarina deberá atravesar varios portales de comprensión. Primero ampliará su noción de conocimiento como “información generada a partir de la razón” a la idea de los cuerpos como agentes de producción de conocimiento. Pronto tomará forma el portal del conocimiento “situado”: la idea de que hay saberes solamente accesibles a través del “estar allí”. El tercer portal se revelará el día que, al saltar de la visión de su imagen en el espejo a intentar apreciar la propia experiencia kinestésica del movimiento, se vea como sujeto y objeto de su propia creación.

En nuestros días se promueve intensamente el esfuerzo inter y transdisciplinar. Imagine lo que la colaboración entre una ingeniera industrial, una diseñadora y una bailarina puede lograr. De ahí la importancia de un sólido manejo de los conceptos de umbral en el currículo pues, para que dichos esfuerzos sean efectivos, tenemos como condición de partida que cada quien debe ser muy fuerte en su disciplina.

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