El cambio tecnológico implícito en la reconversión de la industria costarricense requiere la capacidad política de vaticinar cuáles serán aquellos productos que demandará la sociedad del futuro. Si la producción se dedica a un producto de vida efímera, todos los recursos financieros y humanos que se dediquen a su manufactura perderán sentido en el mediano plazo. La cuarta revolución industrial no gira en torno a la producción de un bien material, sino a la creación de objetos virtuales. Dado que el comercio electrónico ha sido instaurado como cosa común en todo el mundo, apremia la reestructuración del sistema educativo público de modo que este asegure a los estudiantes la posibilidad real de insertarse como diseñadores en un tipo de economía en la cual la producción es regulada por inteligencia artificial.
Ante tales condiciones, el sistema educativo debe integrar la enseñanza de la matemática, la robótica y la programación en un conjunto curricular básico que permita a la población un proceso general de capacitación informática. Existen dos requisitos que el sistema educativo deberá cumplir para entonces satisfacer las necesidades de la población actual. El primero es ofertar cursos en línea que permitan la autocapacitación y el registro de calificaciones, de forma que las empresas empleadoras puedan verificar de inmediato el nivel de conocimiento alcanzado por el candidato a un empleo, quien estaría certificado oficialmente. El segundo es que el Estado incentive la fundación de microempresas destinadas a la producción de software y asigne al sector educativo la misión de conformar una multitud de emprendedores que sean capaces de crear productos innovadores en el campo de la informática.
Un sistema informático que controle tecnología robótica se convertirá en el principal competidor de la persona que realiza una labor equivalente. Sin embargo, el sistema no se diseña a sí mismo y, como tal, tarde o temprano, será sustituido por otro software de mayor eficiencia. La construcción de tales sistemas es producto de la creatividad humana, de la estadística y de la tecnología. Los entornos educativos en los cuales se aprenden dichas habilidades dan énfasis a la matemática como corazón de un sistema económico que privilegia la ciencia como motor de desarrollo en una era caracterizada por la informática. Las maravillas digitales que se construyen a diario permiten a las naciones productoras de software el acceso a mercados internacionales de gran estabilidad y aseguran una mejor calidad de vida para la población participante.
La ciudad india de Bangalore representa un ejemplo de éxito económico, pues su producción multimillonaria de software la ha convertido en fuente de riqueza para el resto de la nación. Por tanto, la innovación tecnológica que se implementa gracias a un sistema educativo público que democratiza la capacitación informática será capaz de paliar los perjuicios de la crisis fiscal al incrementar los ingresos del Estado, el cual recauda los impuestos de millares de productores de software.
Es necesario mejorar las condiciones de vida de la población de adultos con educación secundaria incompleta, mediante la implementación inmediata de un plan de capacitación que convierta a tal grupo poblacional en productor de software comercializable. Costa Rica cuenta con una enorme infraestructura en telecomunicaciones, así como de muchísimos edificios de educación primaria y secundaria que no se utilizan durante la noche. Por tanto, resulta posible la realización de dicho plan, pues podrían habilitarse, en todo el territorio nacional, aulas en las que se impartan cursos de programación de aplicaciones que se ejecuten en teléfonos inteligentes y tabletas, considerando que dichas apps brindan altos ingresos al creador de una aplicación exitosa, dado que el mercado digital es el mundo entero.