Opinión

La economía nacional descarrilada, y no por el COVID-19

La distribución del producto a cada instante es una condición suficiente, en tanto fundamento de la demanda y la oferta, y por su medio del crecimiento económico y el mayor bienestar general.

No es suficiente afirmar que la tasa relativa de crecimiento de la producción yse atribuye grosso modo a la tasa relativa de variación de las variables capital k y trabajo humano n. Es decir, no basta con predicar, por la falacia de la autoridad teórica, académica o experiencia en organismos internacionales, entre otras condiciones necesarias no suficientes, que la asignación –óptima o eficiente– de esos recursos, su cantidad, calidad y avance tecnológico, es la causa del crecimiento económico. La distribución del producto a cada instante es una condición suficiente, en tanto fundamento de la demanda y la oferta, y por su medio del crecimiento económico y el mayor bienestar general. Si el coeficiente de participación del capital en el producto es p, entonces la participación del trabajo es la diferencia: 1- p. Así, podemos escribir la siguiente ecuación de la tasa de crecimiento económico:  y=pk+1-pn.

El Banco Central de Costa Rica (BCCR) estima k≅-0.055 y y≅-0.05 para el año 2020. Nos falta aquí el valor numérico de dos variables: p y n. Supongamos que k≅-0.055 es un buen valor estimado por el ente rector de la economía; del mismo modo que el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC) nos indica que n≅-0.201 entre el II trimestre del 2020 y el II trimestre del 2019. No nos devanemos el magín con cálculos que de todas maneras son solo ciertos, nunca verdaderos. No obstante, dadas las torpes políticas COVID-19 en general, que descarrilan el tren justo al diseñarlo, nos haría pensar que n podría empeorar hacia finales de año. Ahora la ecuación anterior nos deja con dos incógnitas distintas; y y (p): y=-0.055p-0.2011-p. Este problema es sencillo de resolver puesto que deseamos estimar y en lugar de asumir que y≅-0.05 como nos dice el BCCR; es decir, en este instante podemos suponer y=0, con el objetivo de estimar (p) dado que disponemos de las estimaciones k≅-0.055 y n≅-0.201.

Por consiguiente, de la ecuación inicial definimos que 0=pk+1-pn de donde resulta que k/n=1-p/p. A efectos de simplificación definamos u=k/n y así decimos que u=1-p/p con lo cual obtener el valor estimado de p para el año 2020. Usemos los valores antes referidos: 0=-0.055p-0.2011-p por lo tanto 0.055p=-0.2011-p y así 0.055/-0.201=1-p/p. Al resolver obtenemos 0.274=1-p/p de donde se estima p=0.78 e indica que el capital participaría del 78 por ciento del valor del producto al terminar el año 2020, mientras el trabajo recibiría tan solo el 22 por ciento. Esta distribución del producto nos adelanta un incremento desmesurado de la pobreza en el país, muy particularmente en los períodos de crisis económica. Ahora sí, ¿cuánto podría crecer la producción o y? Montemos en el trencito de papel según nuestra ecuación inicial, todos esos valores estimados y calculemos el efecto del descarrilamiento simulado: y≅0.78*(-0.055)+1-0.78*(-0.201) tal que y≅-0.043-0.044 para que finalmente y≅-0.087; es decir, el Producto Interno Bruto (PIB) podría descarrilarse a una tasa de -8,7 por ciento al culminar el año 2020.

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