He seguido el alegato de los vecinos que se oponían a la construcción del nuevo edificio de la Facultad de Odontología, en predios de la UCR, localizados en Mercedes de Montes de Oca. Ha sido una lástima que la resolución del recurso interpuesto llegara tarde, pues ya se habían cortado las dos terceras partes de los árboles para alojar la construcción del inmueble.
Traigo a colación un caso interesante ocurrido en la Universidad de California en San Francisco, que me relataron durante el periodo en que disfruté de mi licencia sabática en esa prestigiosa universidad especializada en Ciencias Médicas.
Curiosamente, pasó algo parecido con el nuevo edificio de Odontología (el de allá), pues los vecinos se opusieron a una construcción elevada y lo lograron. Por eso, tal edificio se ve que escala la colina por niveles, pero no es de varios pisos.
Otro caso es la parte del monte Sutro, donde la UC-SF tiene parte de sus propiedades, pero permanece como un bosque de la ciudad, por cuanto los vecinos “decidieron” que aquella no era un área apta para construcciones sino una zona arbolada.
Otro caso en que los vecinos de San Francisco ganaron, fue la propuesta fallida de construir una autopista junto a la playa.
Simplemente los ciudadanos se opusieron a la contaminación visual de tal “adefesio” que facilitaría el tránsito vehicular, pero que obstaculizaría admirar la belleza de los atardeceres.
Concluyo: a) hicieron bien los vecinos que se opusieron a la tala de árboles; b) las instituciones deben comprender que no pueden disponer libremente de sus propiedades sin consultar a sus vecinos. Y este argumento también aplica al uso de la propiedad que la UCR posee al fondo de la Urbanización Buenos Aires, que bien podría ser un Arboretum al este de la capital, un mostrario de la casi desaparecida flora nativa del Valle Central.
