Opinión

La ciudad como grafiti

En el mundo hay ciudades de ciudades, con signos grafiti o sin estos. ¿Cómo es que se dan?

En el mundo hay ciudades de ciudades, con signos grafiti o sin estos. ¿Cómo es que se dan?

El rol evolutivo de una bien entendida educación, más el nivel de cultura de cada  habitante, de la colectividad, es la responsable de crear a su imagen y semejanza un entorno humano habitable, su casa, su calle, su carta fundamental para la vida en sociedad, su casa ampliada en términos de ciudad.

Cada persona está sujeta a sus acciones y a las de su colectivo social. Lo que cada persona hace y le permiten los demás, es lo que son esos habitantes. Son el ser humano original y su espejo social de contrastes.

¿Cómo se percibe la idea del grafiti en la zona urbana? A ciencia cierta, que no es ciencia, no se sabe. Es un fenómeno estrictamente social.

El grafiti es cualquier cosa que se raya, pinta o expone de manera anónima, con algún tipo de signo en cualquier parte de la ciudad, ese recinto donde habitan humanos de todo nivel de locura y civilización de su época.

En el caso de Costa Rica ocurre con harta frecuencia en la zona urbana, es una ciudad, es un país tan insignificante que es una ciudad –país, entonces significa algo, está, existe, vive como un organismo activo en el concierto internacional de las naciones, y como el grafiti en su esencia es contestatario y duro de verbo, levanta la voz de los que no tienen voz pública, se inventa a sí mismo, es la expresión de imagen y cultura cuya muestra está a la vista, frente a cada uno de sus habitantes.

¿Es Costa Rica una ciudad grafiti? Depende de cómo se la vea y direccione la observación.

En el concepto erróneo de llamar ciudad a un conjunto disperso y desordenado de construcciones, sin identidad de planeamiento y diseño, en tal desorden que lo vemos en un radio de 360 grados, la tugurización de un país por nacionales y aquellos extranjeros de toda calaña que solo consumen recursos públicos y aumentan la pobreza integral de la nación, sí se podría afirmar que la capital San José y muchos otros lugares del país, son de orden grafiti, anónimos conocidos. Secundariamente, hay 455 tugurios en todo el país, el más grande tiene 25.000 habitantes, la mayoría de origen nicaragüense. De los otros el promedio es un 45% del mismo origen y el resto nacional.

Para el turista extranjero, San José y la mayoría de cantones y pueblos son sucios, desordenados, sin ninguna planificación equilibrada que responda a un objetivo nacional de rigurosa planificación para el uso de suelos, costas, mares y fronteras, más contaminación sónica y visual.

La ciudad –Costa Rica, se ha ido haciendo a tronchazos, de manera improvisada, sin importar el rigor que dictan y presuponen las directrices políticas, ¿acaso las hay que se cumplan? Realidad, no se ven. No es basarse en un sistema de cuadrantes con miras de angosturas, incomodidades y desorden citadino, es peor. Es tener la mente anquilosada en el presente, estar llenos de doctores en la materia y seguir en lo mismo, destruyendo la posibilidad de tender puentes de desarrollo moderno y contemporáneo al continuar con una visión anacrónica, de trillos para mulas, la improvisación politiquera y profesional de mamarrachos y caos, mostrar huecos, parches y avalanchas donde no hay posibilidad de invisibilizar la codicia, la avaricia y la incompetencia total, la suciedad, la fealdad y el esperpéntico ritmo de avance del horror para la vida ciudadana y rural, donde los espacios públicos demandan más espacio para la gente, la recreación y el sano entretenimiento, más seguridad, más sentido común donde la visión y la misión responsables, dictan la norma y la inversión: la persona es lo más importante, integralmente, su relación con el medio ambiente, la calidad de aire y vista plena de belleza. Se requiere un pueblo que ame la limpieza, el orden, la belleza y el respeto propio y mutuo, que lo exija. Con ello, el progreso armónico que se busca.

Entonces, ¿por qué vemos ciudades limpias (países limpios), y por qué vemos ciudades sucias (países sucios)?

Quizá lo difícil de asimilar es que nuestra ciudad –país vive en un estado perpetuo de corrupción, pero todos y todas defienden tener las manos limpias. La prueba está a la vista.

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