Opinión

La capitulación del gobierno exige la protesta sostenida

Todos los pueblos libres y robustos

desfilarán hiriéndonos con una señal viva,

mostrándonos su amor recién creado,

con las huellas humanas

aún oliendo a barro.

Jorge Debravo en los Despiertos.

Lester Izaguirre Cerda

Directora de la Escuela Sindical del SINDEU

Los partidos políticos divorciados del pueblo costarricense han capitulado  su renuncia a la independencia y  autonomía como gobierno, ante las llamadas sugerencias del Fondo Monetario Internacional (FMI) y de otros organismos financieros internacionales que devastan el Estado Social de Derecho. Su afán de coaligarse con corporaciones los ha llevado a llamar colaboradores a los trabajadores: término que otrora fue acuñado por el fascismo a propósito del reino de las corporaciones. Por cierto, el fascismo se decantó con un lenguaje justiciero,  pero privó de todas las libertades a los pueblos en los cuales se instaló. Así que,  en su pretensión de gobernar exclusivamente para los sectores económicos más poderosos, conducen al país a una inseguridad inimaginable: desempleo, pobreza exponencial, desesperanza en un sector de la juventud que eleva el número de suicidios (¿por qué tantos jóvenes no quieren vivir en esta sociedad?, este fenómeno es global), una corrupción desenfrenada en altas esferas, y una delincuencia creciente en todos los órdenes. El centralismo defendido por el gobierno de la República (MIDEPLAN) tiene la clara intención política de ejercer control en instituciones y personas, lo que conlleva a un Estado autoritario, quizá esa fue la razón de la instauración de la Unidad Presidencia de Análisis de Datos (UPAD). Pero más grave aún es el roce surgido entre algunos poderes de la República, pues debilitan la doctrina de separación de Poderes que emergen en la conformación del Estado Moderno bajo las oportunas apreciaciones de Montesquieu y otros pensadores. El corazón de la democracia radica en el respeto de la separación del Poder estatal cuando esto significa equilibrio y libertad.

En esta esfera de acontecimientos no falta el servilismo en la legislación de las relaciones laborales; se aprovechan de la Pandemia y se facilita la flexibilidad laboral y nuevas formas de contratación, lo cual deteriora la vida de la clase trabajadora (sumiéndose en angustia y desesperación agobiante),  aunado a una inflación, para la que han acuñado un nuevo término, pues le llaman reforma o plan fiscal, la cual ha significado un paquete de impuestos regresivos sumado a  alzas en los servicios básicos: agua, electricidad, internet, gasolina y servicio de transporte durante el año, mientras la reina de la corrupción es la evasión fiscal.  Y en contraposición a las ganancias sin límite de los capitalistas y de sus consorcios,  se pretende congelar el salario de los trabajadores, y se violenta el ordenamiento jurídico en lo referente a la autonomía de las universidades públicas. En otro orden de cosas,  han establecido prohibiciones que llaman regulación de la huelga. En efecto algunos diputados se aprestaron a traicionar algunos de los principios de su fundador Rodrigo Facio que otrora expresaba:

Las huelgas deben admitirse con valor como una de las características de los tiempos económicos actuales. Prohibir el derecho de huelga en una Constitución es tarea, fácil, pero inocua, ya que el problema social que la huelga representa y que la produce, no se habrá solucionado en ninguna forma.

La cita advierte que en la práctica jamás podrán impedir la protesta social y las huelgas que lleva a cabo la clase trabajadora. Estamos viviendo un momento dramático que involucra la defensa de la vida de las universidades y la vida de los costarricenses, por ello la Escuela Sindical del SINDEU hace un llamado a los universitarios y al pueblo costarricense a la resistencia sostenida, a rechazar la transferencia de las empresas estratégicas nacionales a la empresa privada, a exigir que el Gobierno de la República, incluyendo todos sus Poderes, desista de la imposición de los proyectos entreguistas del patrimonio nacional.

 

 

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