Es claro que, con la aprobación de la Ley 9796, queda demostrado que han violentado derechos constitucionales y se ha pisoteado la justicia social, al no apegarse a los principios doctrinarios de la seguridad social. Lo lamentable es que esa Ley se aprueba, producto de una serie de mentiras, resentimientos y hasta envidia, proveniente de muchos periódicos que circulan en el país. Asimismo, aquellos “padres” de nuestra patria hacen eco de ello y demuestran su incapacidad, ignorancia y buena fe (según ellos), por lo que, tan siquiera les importó que están dejando en una situación socioeconómica particular a un grupo de personas, que hay que decirlo: no es cualquier grupo, pues todos los que lo conforman han demostrado que no solo son ciudadanos de bien, sino que han aportado al desarrollo del país en el ámbito económico, social, cultural, artístico, científico, educacional, entre otros.
Esto debe ser un principio fundamental para saber que lo que hicieron los diputados, con esa Ley, es desconocer totalmente quiénes conforman tan selecto grupo (y no me voy a referir como que este grupo es privilegiado, porque se puede malinterpretar, ya que el privilegio es para el país haber contado con tan valiosas personas), porque a ninguna de las personas que lo conforman, se les ha regalado nada, todo ha sido producto del esfuerzo que cada uno hizo para llegar donde llegó y tener lo que tiene. Gracias a muchos visionarios gobernantes, vivimos en un país de oportunidades para estudiar y llegar ser un profesional, sin embargo, muchos no las aprovechan por vagancia, pereza o desidia. Aquí hago el paréntesis para señalar que los neoliberales de este país quieren desmantelar lo que en materia de educación se tiene, con el fin de tener un pueblo más sumiso y menos pensante.
Este grupo es el que ha perfilado al país que tenemos y que ahora quieren perjudicarlo y atacarlo constantemente. ¡Qué ironía!, todo lo anterior sucede por medio de políticas neoliberales que día con día se quieren implementar, y que la mayoría cuenta con la venia de un gobierno que hace rato perdió el norte.
Para justificar la atrocidad, uno del montón de argumentos falaces y sin sentido, que esgrimieron los diputados, para la aprobación de tan nefasta ley, fue que a los “pensionados de lujo” hay que quitarles para darles a los pobres ancianos que no tienen, aquí la imaginación y estupidez fue infinita. Este grupo de personas, hoy estigmatizado, aportaron toda su vida laboral ¡como debe ser! Y continúan haciéndolo como pensionadas. Por otro lado, muchos de esos neoliberales no lo han hecho y no lo siguen haciendo: duele ver que aprovechan leyes para evadir y eludir las obligaciones fiscales (el colmo de no pagar las cargas sociales de sus empleados), si cuando el país anda bien es cuando más hacen su agosto.
El argumento, tan vano y trillado que utilizaron los diputados, de quitar para dar, ni tan siquiera llega al concepto del dicho: “desnudar un santo para vestir a otro”, porque al santo que se está desvistiendo, y dejándolo en la miseria, no es cualquier ciudadano, ya que es un ciudadano que ha aportado, educado, desarrollado y formado este país. Dejar de reconocer el esfuerzo contributivo que este grupo hizo para alcanzar pensionarse, viola los principios de la seguridad social. Además, el problema no fue creado por estos contribuyentes, lo crearon y alimentaron los gobiernos de turno.
Así, con la aprobación de la Ley 9796 se está uniformando la pobreza, ya que muchos de estos pensionados pasarían a niveles de pobreza, porque ni tan siquiera les va alcanzar para comer, menos para pagar sus deudas, las cuales fueron contraídas bajo un ingreso que jamás se esperó se disminuyera hasta en más de un 100% del líquido de la pensión. Sin mencionar que tal ley es totalmente regresiva. El irrespeto y poco reconocimiento a este grupo de personas afectadas obedece a la poca escolaridad e ignorancia que reina en la Asamblea.