Opinión

¿Innovar o vender?, el caso de la Fanal

“Innovar es encontrar nuevos o mejorados usos a los recursos de que ya disponemos”,  Peter Drucker.

“Hay casos en los que el nivel de cambio que enfrenta una organización es tan alto, que la única opción de sobrevivencia es reinventar el negocio” (Morales, M., León, A., 2013). Esta ha sido la solución para muchas empresas, Lego estuvo a punto de desaparecer en el 2004, el diseño y la innovación para ofrecer líneas de productos basadas en series de televisión o películas fue la fórmula para renacer, e incluso crear su propia película, series de dibujos animados y videojuegos. Como este hay muchos ejemplos de empresas que apostaron por innovar ante una inminente amenaza de extinción.

El ritmo de los cambios que vive la sociedad exige nuevas formas de hacer las cosas, innovar es indispensable para mantener a las empresas competitivas. Muchos sectores han tenido que reinventarse para hacer frente a los cambios en el mercado o en la oferta de sus competidores y también para adaptarse a las nuevas tecnologías y métodos de la cuarta revolución industrial.

La Fábrica Nacional de Licores, conocida como Fanal, fue creada en el año 1853 y con ello nació una de las industrias más grandes del país: la Fábrica Nacional de Aguardientes fundada con el firme propósito de apoyar, fomentar y fortalecer la industria cañera. Y ya que nuevamente se propone como un activo del que el estado costarricense debería deshacerse, analicemos esta alternativa: innovar.

Como lo señaló el exministro de Agricultura y Ganadería, Luis Felipe Arauz, la Fanal no le cuesta nada al Estado; por el contrario, aporta anualmente impuestos sobre la renta de aproximadamente ¢11 mil millones; además de los 3 mil millones que le aporta al Consejo Nacional de Producción (CNP). Por eso vale la pena pensar en un plan de fortalecimiento de la fábrica nacional dueña de la marca Cacique.

La reacción ante la emergencia nacional por COVID-19 mostró como la Fanal es capaz de adaptarse a los cambios y no solo suplir a precio de costo el alcohol antiséptico que consume a la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) y abastecer a sus clientes industriales, sino también de ofrecer junto con Correos de Costa Rica el envío a domicilio de aproximadamente 3.000 botellas diarias que solicitaron los ciudadanos mediante la plataforma www.crpreviene.com la cual ofrece ventas en línea y entrega a domicilio. Esta alianza fue reconocida por Alice Shackelford, coordinadora de la ONU en el país, como “una propuesta articulada e innovadora que nos puede ayudar a resolver el problema de la COVID-19”.

Si bien se trata de un monopolio estatal de la elaboración y comercialización de aguardiente, alcohol y toda bebida alcohólica preparada en el país, lo cierto es que las bebidas alcohólicas importadas y la industria cervecera son claros competidores de la Fana. De ahí la importancia de replantear su situación legal para que se le otorgue una figura jurídica que encaje con su carácter de tipo empresarial y mercantil.

Eso le permitiría la administración de sus propios recursos; lograr mayor eficiencia, celeridad y agilidad en su actuar; hacerla más competitiva y productiva, con un sistema de gestión y coordinación institucional participativo, que integre las competencias en materia de producción y venta de bebidas alcohólicas controladas, para consumo nacional e internacional; destilar el alcohol etílico y alcoholes para uso medicinal, para proveer de materia prima a la industria farmacéutica y al sistema hospitalario nacional, con el fin de dictar políticas, planificar y ejecutar procesos dirigidos a lograr la sostenibilidad en el manejo de la empresa (adaptación del Proyecto de Ley Nº18202).

¿Podría ser la innovación de producto, ambiental y social, a través de la creación de nuevos y sostenibles modelos de negocios la herramienta estratégica no solo para el futuro de la Fanal, sino para el crecimiento económico del país? Yo creo que sí.

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