Hay experiencias intransferibles que te dejan sin palabras, que llegan para reparar tu vida, para secar los trocitos mojados del corazón. Son instantes imborrables que estremecen el alma y que quisieras que fueran eternos. Experiencias llenas del amor y la complicidad del otro, de la empatía del otro, del regalo que es la existencia del otro.
Este año no ha sido la suma frugal de una vuelta al sol, ni la repetida añoranza quimérica de un sueño inalcanzable; pues en medio de una inacabable pandemia con distanciamiento social involuntario, de puertas que se cierran, de la pérdida de seres amados y de fisuras invisibles que solo sanará el tiempo, emergen pequeños oasis, estaciones para aquietar la tristeza… pozos donde mana la infinita bondad humana. Es entonces cuando se asoma la felicidad, esa viajera escurridiza que se impone sin avisar, llega ligera de equipaje, te arrincona en cualquier esquina y comienzas a adivinar conjuros o buscar explicaciones para entender su misteriosa aparición. Ante su llegada solo queda recoger el pesimismo anquilosado en la memoria y recibir el inesperado aguacero de amor que sacude hermosamente nuestra existencia. Solo queda agradecer su plena manifestación y sentirla.
Este pasado 14 de mayo de 2021 no solo cumplí 50 años, sino que recibí una sorpresa memorable, un precioso agasajo poético orquestado por el escritor, poeta y columnista internacional nicaragüense Carlos Javier Jarquín, quien junto con el apoyo incondicional de la mexicana Ana María Ayala, escritora, poeta y directora de Ayame Editorial, y la solidaridad de la puertorriqueña Mayra R. Encarnación Meléndez, escritora, poeta y codirectora de la Editorial Areté Boricua, conspiraron y organizaron un recital poético sorpresa con el pretexto de que cumplía años el poeta salvadoreño Roque Dalton. Pero en realidad la convocatoria fue para celebrar el cumpleaños de Azula.
Veinticuatro invitados de distintos países se hicieron presentes. Amigos del coordinador, escritores, poetas, cantantes, editores, locutores, artistas y periodistas de América Latina, España e Italia leyeron poemas que llevan conmigo más de 10 años ocultos en los pasillos oscuros del tiempo. Fueron dos horas llenas de poesía, música, mimos, de sacar el alma a pasear, de abrir el corazón y responder preguntas. Sin duda, fue uno de los regalos más hermosos que he recibido como poeta y una de las alegrías más grandes y sublimes. A todos mi agradecimiento infinito por su presencia y sentidas palabras. En el siguiente enlace pueden ver el vídeo donde menciono el nombre de todos los invitados: https://youtu.be/WVJYtXM7v3c.
Como si esto fuera poco, que no lo fue, posteriormente, Carlos Javier publicó el artículo titulado Poeta boricua en sus 50 años recibe inolvidable sorpresa. En este destaca la celebración del Día Mundial del Internet, que desde el 2005 se conmemora el 17 de mayo, y toma como ejemplo la actividad de mi cumpleaños. Para mi sorpresa, este artículo fue publicado en Italia en Alessandria Today, gracias a la escritora, poeta y locutora italiana Elisa Mascia, quien lo tradujo y lo compartió.
Cuando la vida nos pone de frente estos preciados e inolvidables instantes, que irrumpen para subirle el volumen a la alegría a pesar de la tristeza, entiendes que no has caminado solo como creías y que siempre hay alguien del otro lado observando con sus bolsillos llenos de amor para repartir. Vivir sintiéndose vivido, decía el poeta, porque la existencia del otro sigue completando la nuestra, sigue siendo imprescindible. Aunque el abrazo haya sido desde la palabra, y la amistad haya fraguado su gesta más insólita de manera virtual, la experiencia del corazón te advierte que ha sido real y se manifiesta de forma latente y vívida. Entonces te queda en el alma una nueva marca, una huella insondable de amor.
A continuación les comparto la grabación de este inolvidable evento en el siguiente enlace: https://youtu.be/1gt0SF9Q0Vw
