Opinión

Hinkelammert y sus aportes al pensamiento latinoamericano

Cuando ya han pasado 40 años desde la publicación, en setiembre de 1977,de la obra de Franz Hinkelammert titulada Las armas ideológicas de la muerte

Cuando ya han pasado 40 años desde la publicación, en setiembre de 1977, de la obra de Franz Hinkelammert titulada Las armas ideológicas de la muerte. El discernimiento de los fetiches: capitalismo y cristianismo, por parte de la Editorial Universitaria Centroamericana, Educa, resulta innegable  los tópicos planteados en ese libro, en particular los que se refieren a la necesidad obligada de establecer un discernimiento entre capitalismo y cristianismo, dentro de un ámbito político, económico cultural y religioso, donde el primero ha terminado por convertir al segundo en una mera religión del mercado, al transformar en dogmas de acatamiento los postulados esencialistas de las teorías económicas burguesas “que llevan en su seno una metafísica de la muerte” (Hinkelammert, dixit); es por ello que mantienen su plena vigencia y corroboran, tanto para el autor como para nosotros, su naturaleza premonitoria, en medio de los avatares de la pesadilla que nos ha traído este cambio de siglo, un período durante el que se evidencia el despliegue de un capitalismo desenfrenado, que nos ha conducido a grados de deshumanización y de destrucción de la vida, crecientes e insospechados para muchos, al menos dentro de las percepciones prevalecientes, durante la sétima década del siglo anterior, dada su lógica de la muerte y su necrofilia sustancial que se disfrazan por momentos, detrás de la fetichización de las relaciones económicas, a partir de la existencia de unos fetiches que matan y mistifican tanto la realidad misma como la posibilidad de su aprehensión, según Hinkelammert.

Él levanta la bandera de la defensa de la vida,  entendida como vida material y corporal de los seres humanos concretos, pues -como bien afirma- esos componentes éticos son la esencia del mensaje cristiano de que la vida sea posible para todos, negado por ese fetichismo brutal, a que nos conduce esa paradojal coexistencia de la visibilidad de lo invisible y la invisibilidad de lo visible (ibid) , a raíz de la cual la economía política burguesa, con las posturas neoclásicas, que con tanto arrebato defienden, y asumen como las únicas posibles, los economistas y tecnócratas convertidos en los sumos sacerdotes de la religión del mercado.

Para ellos, la decisión sobre vida y muerte por medio de la división del trabajo carece, dentro de los términos de la vida real, de sus contenidos axiológicos e incluso escatológicos, al menos en cuanto al sentido más profundo, y esencial de la misma tradición cristiana, negada así por los aparatos políticos y eclesiales desde una racionalidad instrumental, que solo ve relaciones entre objetos que se intercambian, los que a lo largo de las décadas transcurridas desde la publicación de este libro, emprendieron la guerra contra la teología de la liberación, llegando hasta el asesinato de líderes religiosos, como Monseñor Óscar Arnulfo Romero y los integrantes de la Compañía de Jesús, ambos casos en El Salvador, a lo largo de la convulsa década de los 80, por estar comprometidos con los valores más caros a la esencia del cristianismo original, en una clara resistencia a los dogmas del fetichismo del mercado. Los jesuitas fueron abatidos en los mismos días en que también caía el muro de Berlín, dos hechos que ocuparon lugares totalmente distintos en la prensa  de esos días, recuerda Hinkelammert.

El entusiasmo con que hablan los cultores de la religión del mercado acerca de la robotización, y otros procesos en la producción que permiten prescindir de una porción creciente de la fuerza laboral, los ha llevado a hablar de seres humanos sobrantes o prescindibles, en medio de guerras y migraciones masivas, gentes que no encuentran cabida, en un mundo en el que ya no se les otorga ninguna relevancia, es una muestra de su necrofilia.

Estas certeras reflexiones forman parte del extraordinario periplo intelectual de Franz Hinkelammert, de más de medio siglo, entre nosotros los latinoamericanos, especialmente en los casos de Chile y Costa Rica. Gracias, Franz.

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