Opinión

Hacia un encuentro de realidades: la cartografía participativa como herramienta de trabajo comunitario

El pasado jueves 7 de julio, salieron temprano de sus casas personas representantes de comunidades del cantón Talamanca

El pasado jueves 7 de julio, salieron temprano de sus casas personas representantes de comunidades del cantón Talamanca, venían desde Paraíso de Sixaola y del Territorio Bribri hacia San José. Al día siguiente estas personas salieron junto a estudiantes y docentes del Programa Kioscos y del Centro de Investigación y Estudios Políticos (CIEP) hacia la comunidad de Caño Negro, ubicada en el cantón de Los Chiles.

Nos dirigimos a este lugar a compartir nuestras experiencias de elaboración de varios mapas realizados desde el año 2015, cuyo objetivo ha sido narrar sus distintas formas de defender sus territorios y las territorialidades que construyen, de las distintas amenazas que atentan contra las formas de estar en el mundo de estas comunidades.

Llegamos a Caño Negro y nos esperaban con una rica cena las señoras conocidas como “las maperas”, quienes pertenecen a la Coordinadora de Lucha Ambientalista Norte-norte (CLANN). Se le conoce de esta forma debido a que han utilizado la cartografía para identificar los sitios de expansión del monocultivo de piña en los tres cantones de su región: Upala, Guatuso y Los Chiles. Los cuales han experimentado procesos de despojo debido a la siembra de piña, ocasionando muchos problemas ambientales y sociales que se han traducido en significativos conflictos para las comunidades.

El sábado 9 de julio, se encontraron las personas de estas dos regiones para compartir sus experiencias de elaboración cartográfica. Esto se realizó alrededor de tres preguntas generadoras: ¿Por qué los hicieron?, ¿Cómo los hicieron? y ¿Qué usos les están dando a estos mapas? La importancia del encuentro era que las personas pudieran observar cómo los mapas son y pueden funcionar como una herramienta política, capaz de comunicar problemáticas pertinentes para informar, denunciar y visibilizar información al resto de las comunidades en un formato más claro. Para nuestro equipo de trabajo era vital profundizar en esta forma de narrar las experiencias, con el fin de tender puentes de diálogo y discusión entre diferentes lugares que viven situaciones similares dentro de Costa Rica y así también poder visualizar patrones comunes de disputas por el territorio con otros procesos presentes en el resto de América Latina.

Durante la actividad quedaron claras algunas problemáticas del cantón Talamanca tales como la disputa por la tenencia de la tierra en la comunidad de Paraíso de Sixaola, así como las múltiples amenazas de desarrollo de proyectos extractivos y de privatización de los bosques del territorio indígena Bribri como es el caso de REDD+. Sobre la Zona Norte-norte se resaltó el problema de la expansión del monocultivo de piña, que ha provocado una transformación completa en el paisaje de la zona, contaminando ríos y suelos y dejando altos impactos en la salud y bienestar de las personas. De esta manera, concluimos que la instalación de cualquier monocultivo, del tipo que sea y donde sea que se desarrolle, siempre trae a la par conflictos socioambientales, ya que estos por su lógica industrial, extensiva, agroquímica y exportadora, generan problemas tales como el acaparamiento  de tierra y del agua, el desplazamiento de las lógicas campesinas de producción y la concentración de las ganancias en unas pocas empresas en su mayoría de capital transnacional.

A la reflexión del encuentro, se le sumaron diversas actividades que combinaron la risa, la dramatización, el movimiento y el dibujo como herramientas que potenciaron la creación y el intercambio colectivo. Por último, se resaltó la importancia de la construcción colectiva de saberes que contribuyen a los procesos de lucha en defensa de la vida desde una lógica comunitaria, indígena y campesina que favorezca formas de construcción del territorio más plurales, sanas y justas. En este horizonte, los mapas fueron un recurso vital para crear sentidos compartidos sobre los usos, posibilidades y limitaciones de estas formas de narración y explicación de la realidad.

Después del encuentro, nos queda claro que los mapas son formas de plasmar de manera visual las consecuencias que tienen múltiples decisiones políticas sobre los territorios. Y en este sentido, también son expresión de la manera tan diversa como diferentes actores entienden y expresan sus relaciones con la naturaleza. De tal manera que quedamos con la satisfacción de que estos espacios son un pequeña ventana para mostrar esos otros mundos que no siempre son visibles desde otras partes del país.

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