Estado de emergencia nacional para el Golfo de Nicoya: En la anterior entrega se hizo mención al proceso de deterioro ecológico del golfo de Nicoya, el cual se ha acelerado en los últimos 20 años por una serie de modificaciones técnicas y usos pesqueros normadas como ilegales por su nula selectividad, como el caso de la pesca arrastrera artesanal de camarón carabalí que ha venido deteriorando el lecho marino de la parte media e interna del golfo desde hace 10 años atrás y, de la innovación técnica de más reciente data: el trasmallo encerrador de corvina.
El panorama es trágico y refleja la incapacidad operativa del ente rector en el fomento y aprovechamiento sostenible de los recursos marinos. En el Golfo de Nicoya como escenario laboral pesquero todo urge, alrededor del 95% de los equipos de pesca utilizados en el golfo de Nicoya están fuera de la normativa permitida. Ante la sistemática ausencia de una adecuada rectoría estatal en la tutela de los recursos pesqueros (bienes de dominio público), las medidas de gestión pesquera por implementarse tendrán que ser ya, lamentablemente, traumáticas para los usufructuarios. Dado el desastroso impacto que está ocasionando en términos ecológico-económicos, el caso más urgente para darle una solución sostenida es la pesca furtiva de corvina con trasmallo encerrador.
Impacto de la utilización del trasmallo encerrador: las prácticas pesqueras con trasmallo encerrador datan desde hace aproximadamente 6-7 años atrás; sin embargo, su utilización inició ya en un Golfo de Nicoya en estado grave de salud ecosistemita. Dejando de lado los detalles relacionados al savoir-faire implicado en las faenas de captura (que lo tiene y de alto nivel) enumeremos las razones de por qué la utilización de la técnica encerradora de corvina tiene un impacto tan negativo:
1) El trasmallo encerrador captura, intensivamente, juveniles sin que hayan alcanzado aún las tallas mínimas para su reproducción. 2) Las capturas son tan masivas que por la misma complejidad de maniobra de levantado del trasmallo (forma-duración) la calidad del pescado enmallado se deteriora: se descama, se calienta, se hace masa y, en muchos casos, hasta se descompone. 3) Lo masivo de las capturas afecta directamente el precio de mercado, debido a que el intermediario-comercializador que lo recibe en el “mercado negro”, lo compra a un precio extremadamente bajo. 4) La presión que ejercen las 40-50 embarcaciones que hacen “encierros de corvina” ponen en desventaja al resto de pescadores del Golfo de Nicoya, en particular a los que están hoy intentado utilizar artes de pesca altamente selectivas, como el caso de los pescadores cuerderos que operan dentro las Áreas Marinas de Pesca Responsable.
Golfo de Nicoya, sobre-pesca y vulnerabilidad social: oficialmente, no existe una cuantificación sobre el esfuerzo pesquero aplicado al golfo de Nicoya; no hay registro actualizado de las unidades pesqueras ni de la cantidad de pescadores (legales e ilegales) activos; lo que sí es innegable es la importancia social del golfo de Nicoya como espacio laboral pesquero: en las riberas e ínsulas del Golfo de Nicoya se localiza alrededor de dos tercios de las comunidades de pescadores a pequeña escala del litoral Pacífico costarricenses; población pesquera cuya particularidad radica en que son, en su mayoría, comunidades donde los recursos que les brinda el golfo son la única fuente de sustento económico de las familias.
¿Qué harán esos miles de familias para satisfacer sus necesidades básicas una vez que no haya ingresos provenientes de la pesca?
Actualmente, urge repensar el Golfo de Nicoya en términos de manejo, a lo largo de 30 años se ha venido sistemáticamente desatendiendo las recomendaciones técnico-científicas para este ecosistema estuarino, incluidas las brindadas por los técnicos más experimentados dentro del actual Incopesca. ¿Acaso el próximo mandatario presidencial si hará la diferencia?
