En la actualidad uno de los trending topics alrededor del globo es el cambio climático antropogénico. Este consiste en el simple hecho de que por la actividad industrial que se lleva actualmente, se ha producido un gran excedente de dióxido de carbono (CO2). Otro factor relacionado es que la capacidad de absorber o transformar ese gas en oxígeno se ha deteriorado en gran medida. Es una simple cadena de producción, donde se ha venido destruyendo los recursos que mantenían trabajando en equilibrio el medio ambiente. ¿Suena alarmante? Y es muy real. Vivimos día a día sin pensar en el hecho que nuestras fuentes de energía son agotables; esto ha generado un nivel de consumo tan elevado que datos en la actualidad estiman que necesitamos 1,7 plantas[1] para suplir esta demanda. La mayoría de estos gases son enviados a la atmósfera por países “desarrollados”, pero no es que tenemos que jugar a la papa caliente con las responsabilidades sobre este fenómeno.
Costa Rica para el año 2013 se situaba en tercer lugar en su huella ecológica, siendo superada solamente por Honduras y Guatemala en primer lugar. En nuestro país se deben hacer muchos cambios para que nuestra conciencia esté tranquila. He aquí un tema del que se conversa, pero no se lleva a la acción: el desarrollo sustentable. Se puede definir como sustentable una práctica que implica la satisfacción de las necesidades esenciales del presente sin comprometer las correspondientes a las generaciones futuras[2]. Este punto de vista se pone de nuevo en la mesa y hace la pregunta que ha girado en torno a este tema por décadas. ¿Se puede pensar en un desarrollo que sea sustentable? Es extraño pensar en eso tomando en cuenta que el desarrollo es la herramienta por la que los países son medidos. El cambio de paradigma crearía una nueva escala de medición sobre lo que se considera ser o no desarrollado. No muchos países quieren perder ese privilegio, pensando en el hecho de que las compañías, en la mayoría de los casos, son las que ponen las reglas y con ellas premia la mayor producción al menor coste.
Uno de los desafíos de la humanidad en definitiva es acordar un camino por el cual todos nos integremos para frenar el cambio climático por causas antropogénicas. El desarrollo sustentable viene a ser un factor esencial dentro de todo este entramado; a una escala regional podría ayudarnos para ir aportando a este fenómeno global. Ahora nosotros tenemos nuestra huella de carbón que podemos reducir en nuestros hogares, cambiando bombillos, reciclando y comprando productos de fuentes carbono neutro. Pero estas pequeñas colaboraciones no serán nada si países como Estados Unidos, China o India siguen en la negativa de reducir los gases de efecto invernadero.
Debemos entender que solo tenemos un planeta. Sobre esta misma Tierra nuestras futuras generaciones heredarán un mundo apocalíptico, que hasta hoy, solo hemos visto en películas de Hollywood dirigidas por Jorge Miller.
[1] Datos estimados en Global Footprint Network Lu, D. (2017). We would need 1.7 Earths to make our consumption sustainable. Retrieved August 13, 2017, from https://www.washingtonpost.com/graphics/world/ecological-footprint/?utm_term=.6082263e48af
[2] Aguilar-Barajas, I. (2002). Reflexiones sobre el desarrollo sustentable. Comercio Exterior, 52(2), 98–105.
