El ministro de hacienda afirma, sin fundamento, como en otras ocasiones, que “las U públicas gradúan profesionales en áreas donde no hay empleo”. Es un comentario que, aunque falso, no se debe pasar por alto, dado el cargo que representa: ¿es que cree el ministro que la función de la universidad para la sociedad es servir exclusivamente al mercado? ¿posiblemente desconoce que las mejores universidades del mundo, han logrado altos niveles de excelencia, sin subordinarse al mercado? por el contrario son instituciones que orientan y plantean cuestionamientos a la sociedad y al estado. Hace muchos años en un foro en la Universidad de Chicago se dijo, que la misión de la universidad es formar personas creativas, lo que significa que estén abiertas a lo futuro y a lo cambiante de la sociedad.
Debería saber el ministro que en la UCR casi el 97% de los graduados, están ubicados laboralmente, en la disciplina en la que estudiaron, como lo acredita la Oficina de Planificación de la Educación Superior (OPES) y si lo sabe, es porque busca desprestigiar a esta institución. En todo caso, sorprende que tenga una visión tan pobre sobre la educación, el desarrollo y la Universidad. Una concepción que la reduce, exclusivamente, a formar técnicos en determinadas áreas para la empresa privada y su interés mercantil. De esta manera, ¿dónde queda el concepto del verdadero desarrollo humano integral? ¿qué tipo de ciudadanía se quiere formar? ¿La de personas que verían el mundo con un lente muy reducido, sin contexto, sin pensamiento crítico y sumisos ante la exigencia de lo pragmático y comercial? Así, algunos querrían formar máquinas útiles en lugar de ciudadanos críticos, libres y pensantes.
El Ministro afirma que hay disciplinas innecesarias, que no tienen incidencia en la sociedad. Para el ministro las áreas de la ciencia y la tecnología son las que conducen al desarrollo, desdeñando la formación integral que ofrecen las ciencias sociales, las humanidades y, con ellas el pensamiento crítico y creativo. Aún más, en las universidades se sabe que esas áreas contribuyen fundamentalmente en la solución de diversas problemáticas; de hecho la UCR es la institución que, en el país, más profesionales gradúa en el área de la ciencia y la tecnología. No puede haber desarrollo sin la participación de las ciencias sociales y de las humanidades; el desarrollo, no se alcanza dejándolo solo en manos de los saberes que considera “útiles y rentables”.
La universidad estudia y está vigilantes de las transformaciones que se producen en la sociedad y responde responsablemente a esos cambios. Frente a un mundo que cambia con tanta rapidez, la universidad debe preparar con formación critica y creativa para enfrentar lo novedoso y aún, lo desconocido y lo imprevisto, para resolverlo; una determinada disciplina, de las que ahora el mercado demanda, podría ser que, a la velocidad que el mundo gira, en pocos tiempo ya no tenga pertinencia. Hay que educar, además, dando énfasis a habilidades y destrezas no solo sobre los contenidos, formar en valores, en la historia…*
De tal manera que, como se demuestra, la función de la Universidad va mucho más allá de los que, mezquinamente, el ministro afirma.
*Yamileth González, Lección inaugural, Facultad de Ciencias Sociales, UCR, marzo 2024