Muchas personas, de afuera y de adentro, desde aquellas que laboran en la Universidad de Costa Rica (UCR) hasta para quienes caminan por el Pretil con una noción o sin esta sobre la “FEUR”, saben que la UCR alberga un cuerpo estudiantil con trayectoria histórica. Un movimiento estudiantil crítico y proactivo cuando algo en el orden institucional, nacional o internacional no anda bien.
La Federación de Estudiantes de la Universidad de Costa Rica (Feucr), aunque muchos la desconozcan, es un conjunto de órganos e instancias políticas que devienen en funciones ejecutivas, legislativas, fiscalizadoras, electorales, ecológicas, evaluadoras, asociativas y partidarias, transversalmente a la regionalización universitaria. De forma que, quienes opinan que la Feucr es solamente el Directorio (anualmente electo) se encuentran en un gravísimo error. Tal vez por ignorancia generalizada o simple (des)motivación adultocéntrica.
El pasado jueves 16 de junio se realizó una marcha efectiva para manifestar las voces estudiantiles frente a la necesidad de un Fondo Especial para la Educación Superior (FEES) que cumpla el mandato constitucional (8%). En tal espacio de protesta, se enfatizó que este porcentaje no debe ser percibido como un techo; en cambio, debe ser el piso para garantizar mejores becas y garantías estudiantiles para quienes somos parte vital de esa acción social, investigación y docencia que caracteriza a la UCR en el ámbito nacional e internacional: las personas estudiantes.
En relación con lo anterior, la protesta fue un esfuerzo logrado gracias a los acuerdos del Directorio (2016) con diferentes sectores estudiantiles, tomados en la Asamblea General de Estudiantes el 6 de junio. Pues, el año pasado la marcha fue poco motivada por quienes encabezaban las discusiones políticas de ese momento, entre incertidumbre y confusión. Así, al asumir este Directorio 2016, el presidente de la Feucr actual, Luis Siles Núñez, proyectó en su discurso de toma de posesión, al ganar con el partido estudiantil PROGRE: “Abriremos espacios de debate e información para todo el estudiantado, donde buscaremos generar conciencia, pero también criticidad y acciones de incidencia”.
El Movimiento Estudiantil de la Universidad de Costa Rica progresa frente a un sentimiento escéptico hacia la política tradicional y a las lógicas adultocéntricas; camina contra una cultura de indiferencia y valeverguismo que trata de socavar a quienes somos jóvenes y estudiamos orgullosamente.
La mal llamada “FEUR” amalgama identidades y luchas históricas que pasan por nuestros beneficios complementarios, becas y regionalización… Y ante ello, ser llamados chancletudos debe ser motivo de orgullo, pues disidir contra la inercia cultural de la indiferencia es un acto político valioso.
