Opinión

FEES: Un acuerdo justo, equilibrado y correcto

En el marco del estudio y dictamen del Presupuesto Ordinario de la República, la Comisión de Asuntos Hacendarios tuvo que tomar una decisión histórica: por primera vez debimos resolver a cuánto correspondería el incremento del Fondo Especial de Educación Superior (FEES).

Y esto fue así porque tenemos un Gobierno irresponsable, pleitero, incapaz de lograr acuerdos, que prefirió tirarnos la pelota a nosotros que sentarse a negociar correcta y pausadamente con los rectores para cumplir con el artículo 85 de la Constitución Política.

Es de esos casos en los que se sientan a hablar con la contraparte pero ya tiene el guion montado: “rectores enemigos”, “universidades enemigas”, “oposición enemiga”.

Así no se gobierna un país. No me interesa darles clases de negociación y diálogo, pero sí me interesa desmentir el discurso barato del que se han agarrado para demeritar el acuerdo entre diferentes fracciones para fijar en un 2 % el incremento de recursos a las universidades, porcentaje que equivale a ₡ 11. 520 millones.

Debíamos tomar una decisión y había tres escenarios que tenían más fuerza: 1 %, 1,5% o el 2 %. Conversamos, logramos una mayoría y sobre bases técnicas, no politiqueras llegamos a aprobar una moción que representa un acuerdo racional, justo, equilibrado, apropiado, correcto.

Lo hicimos basados en la técnica. El Acuerdo de la Comisión de Enlace del FEES para el 2024, incluidos los representantes de este Gobierno, otorgó un 2 % de aumento, basados en la variación del poder adquisitivo de la moneda de acuerdo con los datos del Banco Central.

El Informe de Política Monetaria del Banco Central, emitido en julio de este año, dice que la Junta Directiva “mantiene la meta de inflación en 3 %, con un rango de tolerancia de más menos uno puntos porcentuales”.

Nos basamos precisamente en esos datos que fijan la inflación en 3 %, pero da la posibilidad de hacer el ajuste hacia arriba (4 %) o hacia abajo (2 %), nosotros lo hicimos hacia abajo. Y resulta, además, que es el mismo porcentaje de aumento aprobado para este 2024.

Ataques con mentiras

Pero, por supuesto, de inmediato, empezaron los ataques con mentiras como por ejemplo que esos ₡ 11.520 millones salían de escuelas y colegios.  Prácticamente nos culparon de que los y las estudiantes iban a recibir lecciones en escuelas y colegios tugurios. Cuando son ellos, en el Gobierno, los que han llevado ya a este país a tener más de mil centros educativos con órdenes sanitarias.

Fue el Gobierno el que mandó un presupuesto con ₡ 18.000 millones menos para el Ministerio de Educación Pública, le habían quitado recursos a los colegios científicos, hay un enorme hueco para pagarle a los educadores.  Fuimos más bien los diputados y diputadas quienes le dimos ₡ 26 mil millones más a la primaria y secundaria. No el Gobierno, ni el oficialismo porque sus dos diputadas votaron en contra de darle más recursos a la educación.

¿Por qué mi apoyo a las universidades?

Las universidades públicas van más allá de dar clases: le aportan enormemente al país en investigación y desarrollo. Esto tiene un costo y es muy necesario en cualquier parte del mundo.

Dan educación integral a 136.722 personas que están matriculadas en este 2024; brindan 1.065 oportunidades de estudio en todo el territorio nacional con sedes y campus.  Un 42 % de ellas, es decir 448, están relacionadas con ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, es decir, carreras STEM, tan necesarias en el mundo laboral hoy en día.

Datos no mentiras:

Más del 82% de las personas de primer ingreso proceden de colegios públicos, el 69 % de graduados y graduadas de estas universidades tienen padres sin título universitario. En el 2023 se concedieron 88.373 becas socioeconómicas y 26.000 por excelencia académica, es decir casi el 60 % de la población estudiantil becada. Seis de cada diez estudiantes matriculados fuera del Gran Área Metropolitana reciben algún tipo de beca.

Las universidades públicas llevan adelante 2.200 proyectos de investigación. Es en estas casas de enseñanza donde se da el mayor impacto en investigación y tecnología, un 75 % de esta actividad se genera en las universidades.

Tuve la oportunidad de conocer lo que se hace con el Ciclotrón, que opera desde la Universidad de Costa Rica y que ayuda al diagnósticos temprano y certero de varios tipos de cáncer.  Ya 400 pacientes han recibido atención en este centro de diagnóstico y nos informaron que se está muy cerca de un convenio con la Caja Costarricense de Seguro Social para la atención de 3.900 pacientes, esto significa vidas que se salvarán y eso me alegra muchísimo.

A partir de las investigaciones universitarias se está en la fase de inscripción de un radiofármaco para cáncer de próstata. Gracias a una investigación con hormigas se descubrió un nuevo antibiótico, Selvamicina, que ayuda a combatir infecciones mortales.

De las universidades surgen aportes a la agricultura, a la medicina, a la tecnología, al arte, a la educación.

Las universidades están presentes cuando el país es sacudido por un temblor o un terremoto, es lo primero que consultamos para saber la magnitud de un sismo. También están presentes si necesitamos saber las afectaciones de las erupciones volcánicas. Nos brindan datos sobre la situación económica del país, sobre el costo de la vida, el desempleo, las brechas educativas, el medio ambiente.

Están presentes promoviendo mejores prácticas productivas, analizando la huella de carbono, mejorando el acceso al agua, generando conocimiento, revisando la calidad de material con los que se construye la infraestructura vial.

Enorme injusticia con comunidad universitaria

En la discusión del FEES se comete una injusticia tremenda al reducir el tema solo a la planilla y, curiosamente, algunos que gozaron de salarios universitarios hoy se rasgan las vestiduras por lo que ganan los empleados universitarios. Sobre esto, es importante aclarar que muchas de las situaciones que se señalaron se vienen corrigiendo con la Ley de Empleo Público y esperamos que su implementación genere resultados en un mediano plazo.

Sin embargo, no es honesto acribillar a las universidades como lo ha hecho el Gobierno y el oficialismo en un capítulo más de su novela: “¡culpemos a todos y no hagamos nada!”.

Lamentablemente, en este Gobierno no saben presupuestar, tampoco lograr acuerdos, ni definir prioridades, pero les encanta pelear. A eso se han dedicado durante 30 meses y por eso no han empezado a gobernar

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