Opinión

Español de Costa Rica: Baldazo y pelo de gato, entre otras

En Costa Rica tenemos dos estaciones al año, a las cuales es común llamar “verano” e “invierno”.

En Costa Rica tenemos dos estaciones al año, a las cuales es común llamar “verano” e “invierno”. Aunque a muchas personas les gusta aclarar que en realidad se denominan “época seca” y “época lluviosa”, lo cierto es que el Diccionario de la lengua española, de las Academias de la lengua española (RAE y ASALE), tiene una acepción en “invierno” que aplica para nuestro país: “En la zona ecuatorial, donde las estaciones no son apreciables, temporada de lluvias que dura aproximadamente unos seis meses, con algunas intermitencias y alteraciones”.

Asimismo, en el Diccionario del español actual de Costa Rica (DEACR) (sin publicar), “invierno” se define como “época del año en que se concentra la caída de lluvias y que se extiende aproximadamente de mayo a noviembre”, vocablo incluido también en  obras previas, como el Diccionario de costarriqueñismos de Arturo Agüero (1996).

Durante todos esos meses, las lluvias que experimentamos son tan diversas en intensidad como sus nombres. Así, la lluvia repentina, vigorosa y abundante es para nosotros un “baldazo”, si tiene poca duración, siendo abundante e impetuosa, es un agualotal; mientras la más ligera y rala es el “pelo de gato” eso sí, si esta última empieza a “tupir” –es decir, a aumentar la intensidad–, ya podría considerarse una “garúa”, o “garuba”, como le dicen algunos… y un poquito más fuerte podría ser una “cilampa”.

Para las dos primeras a veces ni la sombrilla evita que quedemos “hechos una sopa”, porque la “empapazón” es tal que quedamos “estilando”; en ese caso, lo mejor es “escampar” en algún techito hasta que empiece a “amainar”.

Para la tercera, por el contrario, la sombrilla no es necesaria, porque “es un agua que no moja”, decimos; ya, si empieza a “garuar” (o “garuviar”, como registra Quesada Pacheco, 2007) lo más cómodo será una capa o un “ahulado”, prendas de vestir para protegerse de la lluvia.

En nuestro país incluso consideramos el clima previo a la lluvia; por ejemplo, se puede hablar de “viento de agua”, que es aquel que sopla antes de que caiga un aguacero, o de “goterear”, cuando comienzan a caer las gotas de lluvia.

El invierno en Costa Rica es tan particular que, aunque se extiende por tantos meses, en esa misma temporada tendemos a experimentar “veranillos”, que son el “conjunto de pocos días en que, en época de invierno, los ciclos diurnos son soleados y no se presentan lluvias” (DEACR). Además, tenemos el veranillo de San Juan, también con un tiempo soleado y sin lluvia, cuyas fechas (entre junio y julio de cada año) coinciden con las Fiestas de San Juan (el 24 de junio).

Asimismo, durante esos meses la temperatura en ocasiones presenta leves descensos, pero no necesariamente porque a veces las lluvias son tan cortas que no culminan en un “aguacero cerrado”, lo que provoca que, en lugar de refrescar, tiende a “alborotar el calor”.

Finalmente, sea como sea la lluvia, lo que sí es cierto es que en Costa Rica casi todo el año andamos “pasados por agua”.

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