Muy sentido el discurso de Costa Rica del 4 de junio de 2018 en la OEA; sin embargo, considero como venezolano y como costarricense, incluso como ciudadano español de la unión europea, que las primeras declaraciones de Epsy Campbell no son sinceras ni elocuentes. Como diputada en la administración Solís-Rivera usted permitió que el PAC incumpliera unilateralmente dos acuerdos internacionales importantes y vigentes a los que me referiré muy brevemente.
Recope salió unilateralmente del acuerdo petrolero con China desaprovechando una oportunidad de oro, y el rector Jensen de la UCR desaplicó unilateralmente del acuerdo cultural con Venezuela, vigente desde 1966, y ley 3740. Con ello afectó seriamente a muchos estudiantes venezolanos en la UCR y a sus familias venezolanas, por una cuantía estimada acumulada en 2018 en mil millones de colones, situación que no ha sido resuelta a satisfacción de por lo menos siete venezolano ofendidos de la UCR, que han interpuesto denuncias en la DHR y el Ministerio Publico, Fiscalía del II Circuito Judicial de San José.
En su primer discurso como Canciller doña Epsy Campbell enfatizó en la necesidad de que los organismos internacionales y países desarrollados sigan subsidiando a Costa Rica para salir de la trampa de los ingresos medios. Eso hacen los socialistas y comunistas, vivir del trabajo de los demás, repartir la riqueza acumulada por otros y seguir siendo pobres. El caso más emblemático es el de Venezuela, que fue tema de debate por todos los cancilleres en el marco de la conmemoración de 70 aniversario de la OEA, y hasta el día de hoy 5 de junio.
La fallida refinería de Recope, la ampliación de la terminal petrolera en el Caribe y la nueva terminal petrolera del Pacífico, incluso el proyecto costarricense de Franklin Chang para trasporte con hidrógeno y proyectos de infraestructura o tecnología que fueron descartados o paralizados por el Gobierno de Costa Rica hubieran podido aportar cuantiosos recursos y encadenamientos para hacer de Costa Rica un país verde, incluso más próspero que Suiza o Singapur. Por el contrario, en 2018 hay varias demandas de China contra el país y las consecuencias aún son inciertas.
Sobre el Convenio Internacional vigente con Venezuela, ratificado por la Asamblea Legislativa de ambos países y que el rector Jensen desaplicó con un plumazo en 2015, se ha escrito mucho, pero se ha hecho casi nada. En 2018 la Defensora de los Habitantes de la República saliente archivó el caso, la nueva fiscala general archivó el caso, los jueces de la Sala IV han sido incapaces de que las autoridades de la UCR cumplan la Constitución Política. El Ministerio Público ha sido incapaz de verificar las pruebas y ordenar una investigación por denuncia de prevaricato.
Los venezolanos ofendidos y sus familias ante la indiferencia de todas las instituciones del país han tenido que acudir a organismos regionales como la OEA y a organismos globales como la ONU y la Santa Sede, donde han estado muy activos en 2018 enviando pruebas y engrosando los expedientes abiertos en la DHR, el Ministerio Público, la Contraloría General de la República y la Procuraduría General de la República y de la Ética Pública.
Le toca a usted y a su despacho como canciller y como vicepresidenta, junto con el estrenado presidente don Carlos Alvarado y todo su equipo de gobierno de coalición del Partido Acción Ciudadana con Partido Unidad Social Cristiana, el desafío histórico de enmendar estos y otros entuertos para que se cumplan los convenios internacionales firmados por Costa Rica y se avance en la transición de la petroeconomía a una economía verde.
Por eso, el llegar a la toma de posesión de Presidente con parte de su equipo de gobierno en un bus eléctrico a hidrógeno o en bicicletas y el tener choques con el canciller de Venezuela en la OEA, mientras en el país no se respetan los derechos a la educación de los estudiantes venezolanos de grado, pregrado, incluso doctorado como yo, expulsado en 2017 sin el debido proceso, hace de Costa Rica y de la administración actual personajes políticos populistas que los venezolanos en la UCR y otros analistas costarricenses no diferenciamos de los populistas que desafortunadamente aún continúan en el Gobierno de Venezuela.
