Opinión

Energía en Costa Rica para transporte hace cuatro décadas

En el Semanario UNIVERSIDAD del 3 de octubre de 2018 comenté el centenario de la continua discusión del uso de etanol como carburante en Costa Rica

En el Semanario UNIVERSIDAD del 3 de octubre de 2018 comenté el centenario de la continua discusión del uso de etanol como carburante en Costa Rica (1918-2018).

Quiero ahora comentar un documento de hace 40 años, relacionado con aspectos energéticos del transporte en este país. Se trata de un artículo publicado en el número 65 del órgano oficial del Colegio Federado de Ingenieros y Arquitectos (CFIA) que corresponde a julio-agosto-septiembre de 1978 (pp. 46-48), en el cual se enumeran las recomendaciones emanadas del Primer Seminario Nacional de Energía del 1 de agosto de 1978. La revista también publicó el informe que el Dr. Adrián Chaverri Rodríguez elaboró para el Consejo Universitario de la UCR, relativo al uso del alcohol etílico como carburante y que se encuentra en las páginas 36-40 de ese número de la revista del CFIA.

Tal vez debería empezar por la consideración de la creación del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) en 1949 y de la ley que da existencia a la institución denominada Refinadora Costarricense de Petróleo (Recope) en 1981. La primera institución ha logrado prácticamente la totalidad de los objetivos para los cuales fue creada. Recope a la fecha, sigue encargada de la comercialización a granel y del aseguramiento de la calidad de los combustibles fósiles importados que comercializa.

Costa Rica y el mundo son ahora más complejos que en 1949 o en 1981. El país necesita ahora una nueva empresa estatal más moderna y un rector fuerte que promueva política pública y su cumplimiento en el ámbito general de la energía, un ente que podría denominarse Instituto Costarricense de Energía, que incluya los objetivos de los actuales ICE y Recope. Hace algunos meses ando con esta idea, pero es evidente que llegué 40 años tarde a su concepción. Para ilustrar esto de las “llegadas tardías”, procedo a transmitir algunas de las recomendaciones sugeridas por ese seminario de 1978, indicando en negrita algunos aspectos que en ese momento fueron considerados de mucha urgencia.

1) “Solicitar al Sr. Presidente de la República darle la más alta prioridad a la tarea de constituir el organismo o mecanismo institucional con la suficiente fuerza para establecer una política nacional energética a costo (sic) mediano y largo plazo y programe los mecanismos de análisis, orientación y redefinición periódica necesarios y dirija y coordine los esfuerzos del sector institucional en materia energética”.

2) “Apoyar las medidas tendientes a la electrificación total de los ferrocarriles en el país y al mejoramiento constante de ese importante recurso de transporte masivo en Costa Rica”.

3) “Instar al Gobierno de la República para que se realice una revisión y replanteo de rutas para la posible incorporación de transporte eléctrico en la ciudad capital (tranvías y trolebuses)”.

4) “Sugerir al Gobierno de la República la necesidad de realizar un estudio bien documentado hacia la posible incorporación de vehículos eléctricos autónomos en Costa Rica”.

5) “Recomendar al Ministerio de Obras Públicas y Transportes y al Municipio Capitalino el estudio acelerado y efectivo del congestionamiento vial en la ciudad de San José en vista de que debido a esta situación se producen serios problemas de contaminación, se pierden en el país cientos de miles de horas-hombre de trabajo por día, se subutilizan enormes cantidades de hora-vehículo y se desperdicia gran cantidad de combustible”.

Con estos cinco ejemplos debemos entender que el problema del costo energético y económico del transporte en Costa Rica no admite que sigamos descubriendo el agua tibia ni considerando ficciones tecnológicas, y que de una vez por todas se busque e incorporen, con estricto carácter científico, las contribuciones de ciudadanos que diagnosticaron el problema, tal como aún sigue siendo 40 años después.

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