Opinión

Elecciones en Nicaragua sin libertad de reunión y bajo  asedio policial

El 7 de noviembre del presente año se tiene previsto que se celebren elecciones presidenciales para diputados nacionales y para el parlamento Centroamericano en Nicaragua. Por un lado el ambiente electoral empieza a hacerse notar y por otro el pesimismo también embarga; hay ocho precandidatos presidenciales por la oposición que tratan de disputar la nominación única, si es que al final logran ponerse de acuerdo y hacer la gran unidad nacional que el pueblo les está demandando para derrotar a la dictadura.

En Nicaragua hasta este momento no existe ninguna garantía para celebrar una elección libre, transparente y donde todos los candidatos puedan participar con igualdad de condiciones y que sean competitivas. Estamos viviendo en un estado policial, no hay libertad de reunión, tampoco de movilización, ni de asociación, no hay libertad de prensa ni de expresión. ¿Cómo se va a desarrollar una campaña electoral si está prohibido salir a las calles y que la oposición haga algún tipo de actividades políticas?.

Son ocho los precandidatos que buscarán derrotar a Ortega si acaso hay condiciones para participar en estas elecciones. La expresidenta de la Fundación Violeta Barrios de Chamorro, Cristiana Chamorro; el líder y expreso político del Movimiento Campesino Medardo Mairena; el politólogo Félix Maradiaga, nominado por la Unidad Nacional Azul y Blanco; el economista Juan Sebastián Chamorro; el periodista y expreso político Miguel Mora; el historiador y académico  Arturo Cruz; el excomandante de la Contra Luis Fley (Johnson) y George Henríquez dirigente creole de la Costa Caribe.

La mayoría de la población que está demandando  elecciones libres, está limitada, no puede ejercer ningún derecho político porque la dictadura se lo está impidiendo, mientras que los que apoyan  al (FSLN) y su candidato a la tercera reelección consecutiva se han mantenido todo el tiempo en campaña electoral.  Y podemos ver que visiblemente  están utilizando los programas del Estado como salud, educación, infraestructura y otros para promover el voto a favor del “comandante” y de su mujer.

Ortega mantiene  el control absoluto del Consejo Supremo Electoral (CSE) desde arriba que son los magistrados hasta las juntas receptoras de votos. En el mes de mayo vence el plazo otorgado por la OEA para que se ejecuten reformas electorales con estándares democráticos. Aunque hace unos días el régimen anunció a través de sus diputados que habrá reformas electorales y que serán las acordadas en un memorándum de entendimiento con la Organización de Estados Americanos. Por el momento solo queda esperar que sucederá con el anuncio de dichas reformas.

Hay más de ciento veinte presos políticos en las cárceles del país, de los ocho precandidatos presidenciales algunos de ellos la policía y los paramilitares los mantiene bajo asedio en sus casas y a otra cantidad de ciudadanos también. A simple vista se puede ver que lo que la dictadura pretende es como único objetivo seguir en el poder. El hecho de portar la bandera, nuestra azul y blanco, en la calle u otro sitio lo han convertido en un delito y es motivo de  encarcelamiento. Al país el régimen lo tiene como una gigantesca cárcel y a todo un pueblo como su rehén, sin libertad.

Tiene que haber una salida a esta crisis que estamos viviendo, hay una mayoría del pueblo que está demandando de forma inmediata un cambio rotundo. La situación  sociopolítica a la que está sometido el país se agudiza cada vez más y  los pobres que son la mayoría, son los más afectados y sufren las consecuencias de este mal gobierno. Estamos exigiendo elecciones con amplias garantías, que sean libres, justas y transparentes, que además sean supervisadas por organismos nacionales e internacionales y que tengan mucha credibilidad.

Para salir de esta crisis que nos está doblegando no existen fórmulas mágicas, se requiere de la participación de todos, que tengamos una actitud optimista, valiente y voluntad para trabajar mucho por lo que anhelamos, por nuestros sueños de reconstruir un país siempre con la mirada puesta en la esperanza para un futuro mejor. Tenemos que enfrentarnos con patriotismo a exigir el restablecimiento de todos nuestros derechos que como ciudadanos se nos han cortado y en la urgencia de un cambio de gobierno. Nicaragua es de los nicaragüenses.

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