Opinión

Elección de miembros al Consejo Universitario: no más siervos menguados

El Tribunal Electoral Universitario, debido al  proceso de elección de la representación del Sector Académico en el Consejo Universitario (CU) por las áreas

El Tribunal Electoral Universitario, debido al  proceso de elección de la representación del Sector Académico en el Consejo Universitario (CU) por las áreas de Artes y Letras, Ingeniería, Salud y Sedes Regionales, ha convocado a las personas integrantes de la Asamblea Plebiscitaria de la Universidad de Costa Rica para el período comprendido entre el 1 de enero del año 2018 y el 31 de diciembre de 2021.

El artículo 30 del Estatuto Orgánico de la Universidad de Costa Rica establece como funciones del Consejo Universitario las siguientes: “Definir las políticas generales institucionales y fiscalizar la gestión de la Universidad de Costa Rica”.  Dichas funciones se expresan mediante acciones concretas, las cuales procuran fortalecer y mejorar el quehacer de la Institución.

Tal como se advierte, a pesar de que ha sido muy cuestionado en los últimos meses, no hay duda de la importancia que tiene este órgano en la Institución. A propósito de la mencionada convocatoria realizada por el Tribunal,  y en el contexto de lo acontecido en el CU en los últimos años, comparto algunas situaciones que atentan contra el buen accionar de tan importante órgano:

  1. Personas que quieren un mejor salario pero que no tienen cómo justificar su carga académica o han decidido que no tienen otra cosa mejor que hacer.
  2. Personas que están prontas a pensionarse y que quieren retirarse con un mejor salario.
  3. Personas que resultan de interés para la Rectoría que formen parte del CU.

En relación con lo anterior, lo triste es que todas estas personas, según sean sus padrinazgos, pueden resultar elegidas.

También me  preocupan algunos “arreglos” de ciertas áreas para “rotar” la unidad académica que presentará a la persona candidata. Aparecen, entonces, como candidatos únicos y como tales, automáticamente, son elegidos. No tenemos la cultura de decirle NO a un candidato mediocre. Se impone el pobrecito, se está “sacrificando” por la Institución. El sistema debería ser tal que si el candidato no es idóneo no debe ser elegido.

En los últimos años, se ha demostrado que una combinación de los factores anteriores ha hecho que muchos miembros del CU evidencien una total carencia de capacidad, de conocimiento de la Universidad y de transparencia, tanto es así que no pueden desvincularse del beneficio que les representa ser amigos o aliados del rector o rectora.

El CU debe ser un órgano totalmente independiente de la Rectoría. Por ello, sus representantes deben ser autónomos. La Rectoría debe abstenerse de participar en la selección de candidatos, tal como se ha hecho tradicionalmente.

Para la elección del próximo miércoles 11 de octubre y posteriores, debemos ser extremadamente cautelosos y elegir personas objetivas, independientes, conocedoras de la Institución, comprometidas, y sobre todo, con una trayectoria comprobada en el quehacer universitario.

A propósito del mes de la patria, y como bien lo proclama el Himno Patriótico al 15 de Setiembre: “Sepamos ser libres no siervos menguados”. Con esta elección, defendamos lo estipulado en el Estatuto Orgánico. Demos un primer paso y comencemos a cambiar nuestra Universidad de Costa Rica.

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