Opinión

El verdadero sentido de los recursos humanos

En el campo de la administración general, se supone que debe destacarse un departamento de recursos humanos (antes que de simple contratación para puestos), esto para buscar eficacia y eficiencia en las organizaciones.

Lamentablemente, por una serie de aspectos, llámese social, idiosincrásico y fríos intereses económicos es que muchas veces la administración de recursos humanos no cumple los objetivos plenamente, o los encargados del departamento  no tienen noción ni conciencia de los legítimos alcances de ese aspecto.

Y es que, entre los problemas que más se presentan en los ambientes laborales, están la discriminación de las personas por asuntos de género, por la edad, mala capacitación para los puestos y ningún fomento que trate de aprovechar las verdaderas habilidades intelectuales y la práctica de los empleados. O sea, a veces los funcionarios de recursos humanos no se preocupan por evaluar  las variables de ergonomía (adaptación de los medios físicos y productivos hacia los obreros) para evitar el desgaste de las facultades de los obreros.

En cambio, dolorosamente se implementan “parámetros” rígidos que pretenden someter a los individuos a una condición de “simples animales de carga o de tiro”.  Lo anterior refleja un alto grado de deshumanización, donde el trabajador vale solo en función de cuánto produce.

Eso causa el descontento, desmotivación y hasta un ambiente hostil en el lugar de trabajo. A eso se suma la típica tendencia de gerentes y jefes de buscar solo el beneficio de alta producción de bienes o de venta de servicios, en tanto se sacrifica más y más, la armonía laboral.

Lamentablemente, es común que los jefes maltraten de palabra y emocionalmente a los subalternos y, a veces, el mismo departamento de recursos humanos conoce los hechos, pero sus funcionarios se hacen de oídos sordos, o quizás se inclinan a favor de los funcionarios de alto rango, y marginan a los empleados menos calificados. Incluso se dan hechos donde ni siquiera se les hace amonestaciones a los jefes que han cometido graves faltas tales, como acoso y otras formas de presión.

Cuando eso ocurre, se evidencia que el departamento de recursos humanos está solo en función de contratación y cesación de personal, o como elemento de control de planillas, de fijación de horarios y tareas de trabajo, fuera de eso no importa lo demás que le suceda, a los empleados comunes.

En cambio, el departamento de recursos humanos debe ser un buen mediador en las relaciones entre obreros del mismo nivel o función, así como entre los distintos departamentos o áreas de procesos, sean industriales o de servicios y también respecto a los niveles o jerarquías (gerencias, jefaturas, subjefaturas, capataces, supervisores, entre otros).

 

 

 

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