Los temas financieros tienen la ventaja que se pueden discutir con números en mano y de esta manera dirimir las disputas de manera más objetiva. Por eso en este artículo expondré lo que nos señalan los números y los estudios sobre el impacto de la Ley de Usura en la sociedad costarricense.
Un estudio de la Universidad Nacional[1], titulado: “A 3 años de la regulación de las tasas de usura en Costa Rica: logros y desafíos pendientes”, evalúa los efectos de la Ley contra la Usura, basándose en datos duros, comprobables y con rigor científico. El estudio revela que la ley ha tenido efectos en proteger a los consumidores financieros, fomentar la transparencia, estimular la competencia, promover la inclusión financiera, reducir el endeudamiento excesivo, y mantener la estabilidad financiera, pero además concluye que:
- En el caso de las tarjetas de crédito, las tasas de interés en Costa Rica han disminuido en promedio alrededor de 10 puntos porcentuales.
- Las tasas de interés en los créditos personales, han disminuido y ha mejorado la accesibilidad al crédito para una mayor cantidad de consumidores y han estimulado la demanda de préstamos.
- La Ley ha obligado a las entidades financieras a ser más transparentes en cuanto a las tasas de interés y otros cargos asociados a los préstamos, lo que ha permitido a los consumidores tomar decisiones más informadas al solicitar créditos.
- Ha ayudado a mantener la estabilidad del sistema financiero al evitar que las entidades financieras asuman riesgos excesivos en busca de mayores rendimientos mediante tasas de interés elevadas.
- Ha reducido el endeudamiento excesivo de las personas en préstamos personales, tarjetas de crédito y microcréditos.
Además, las estadísticas publicadas por el Banco Central de Costa Rica, revelan que el “Crédito para Consumo Otorgado por el Sistema Financiero”, durante la vigencia de la Ley contra la Usura, ha crecido significativamente un 13,1%, más que el crecimiento del crédito total al sector privado que fue de 12,2%[2].
La inclusión financiera ha aumento significativamente, pues es mayor el número de ciudadanos con cuentas de ahorro, las tarjetas de ahorro existentes en Costa Rica han crecido en 577.300 unidades y los fondos asociados a esas cuentas crecieron un 27%, desde la promulgación de la Ley Contra la Usura, según datos del Ministerio de Economía, Industria y Comercio[3]. Lo que muestra mayor salud financiera de las personas.
El número de casos en Cobro Judicial, según la estadística del Poder Judicial, entre diciembre del 2020 y diciembre del 2023, han disminuido en 83.607 (10% menos), para un total de 749.076 casos[4], lo que significa un avance importante para aliviar la carga al Poder Judicial, que debe dar los servicios de cobro gratuitamente a los prestamistas, con un costo anual para el presupuesto de la Republica de más de ¢12.000 millones.
La Ley contra la Usura permite castigar el gota a gota, pues basta con demostrar que un prestamista cobra más que la tasa de interés permitida para que se configure un delito penal, pero mejor aun cuando la Asamblea Legislativa tiene muy avanzado un proyecto para sancionar con más fuerza el cobro intimidatorio.
Las ganancias de los entes financieros durante la vigencia de la ley contra la usura, no han mermado en absoluto, han aumentado, lo que sí ha bajado es la “morosidad a más de 90 días y el cobro judicial” en medio punto porcentual (0.5%), y aumentaron las inversiones internas respecto las externas, todo esto se puede observar en las cifras publicadas por la SUGEF[5].
Los costos de prestar de los entes financieros, según el Banco Central, no sobrepasan los 5 puntos porcentuales, y por eso pueden prestar a tasas de interés del 8% y 10% y materializar ganancias elevadas. Además, la morosidad máxima aceptada por la ley en Costa Rica para los intermediarios financieros es del 3%, eso es totalmente compatible con las tasas de interés máximas vigentes del 38% y 54%, que aún son muy altas. Jamás un ente financiero puede pretender prestar con una pérdida esperada del 10% o del 20%, porque estaría arriesgando el dinero que no le pertenece.
Por otra parte, la rentabilidad promedio de la economía mundial se puede aproximar a través de los rendimientos de las acciones de las grandes empresas que cotizan en las principales bolsas del mundo, esa información la recogen los índices bursátiles como Dow Jones, Nasdaq, Nikkei y S&P 500; y muestran que los rendimientos medios de los últimos 10 años, en ningún caso sobrepasan el 19%, siendo que se trata de las empresas más dinámicas del mundo. Entonces ¿cómo es que algunos “financistas” pretenden que se vean normales tasas de 60% o el 120% anual? Es más, si los entes financieros ganan mucho dinero prestando a tasas del 10% anual para actividades productivas o vivienda, por qué para prestarle a una persona para consumo o para emprendimientos, pretenden cobrar tasas más altas del 54% anual permitido.
La respuesta es que, hay una oleada de opiniones de personas y entidades que en el pasado lucraron de las abusivas tasas de interés, y que ahora sin asidero empírico, tratan de desinformar, para que de nuevo, se les permita imponer tasas de interés reales y efectivas abusivamente altas.
El gota a gota o crédito extorsivo ha estado presente, como pandemia, desde hace más de 20 años en toda Latinoamérica, ya en el 2005 el Banco Popular, lanzó un programa de crédito para rescatar a miles de costarricense que habían caído en esa nefasta modalidad. Y para nada el gota a gota es causas de la Ley contra la Usura, los causantes son factores económicos y sociales diversos, y tampoco se combate el cobro extorsivo con legalizar la usura. He aquí algunos de los causales del gota a gota:
- Es consecuencia del sobreendeudamiento de una gran proporción de la población y de los miles de manchados que esto ha ocasionado. Las agresivas campañas de entidades financieras para promover el crédito para consumo a tasas abusivas, han manchado judicialmente a cerca de un millón de costarricenses, que quedaron fuera del sistema formal.
- Es consecuencia de la elevada tasa de desempleo que ha prevalecido en los últimos 10 años. Cerca de cerca de 300.000 personas desempleadas sin capacidad de pagos, que no son sujetas a ningún crédito formal.
- Es consecuencia de 1.245.000 personas en pobreza que no les alcanza para cubrir las necesidades más básicas, esa es la cifra de pobres en el 2024, por lo cual no son sujetos de créditos.
- Es consecuencia de que más 300.000 personas hoy sufren hambre todos los días en Costa Rica. La pobreza extrema supera el 6% de la población, que es distinta de la pobreza.
Pero no es legalizando la injusticia que se combate la plaga de del gota a gota. Es reforzando la ley contra el cobro intimidatorio como lo están haciendo los diputados, sin aflojar en los límites de las tasas de interés, es generando empleo para todos y todas, es mejorando el poder adquisitivo de los salarios, es reestructurando las deudas de miles de familias que están perdiendo sus propiedades en juicios hipotecarios.
Necesitamos un sistema financiero eficiente, sano y próspero para el crecimiento, pero el país urge de ciudadanos financieramente sano, con capacidad adquisitiva, que puedan acceder a los servicios financieros a costos razonablemente competitivos, para que tengamos mercados boyantes y crezca la producción con fuerza.