Opinión

El resbalón de Morera

Al camarada David Morera lo conozco desde mediados de los 90, cuando luchábamos contra el nefasto gobierno de Figueres Olsen

Al camarada David Morera lo conozco desde mediados de los 90, cuando luchábamos contra el nefasto gobierno de Figueres Olsen, en aquellos aciagos días que gastábamos zapatos por las calles de San José en defensa del entonces régimen de pensiones de los maestros, mientras el ministro de Educación de turno (Dorian) y otros jerarcas (no recuerdo si el mismo Figueres), desde la azotea del edificio de la Caja, se burlaban de los maestros diciendo –palabras más, palabras menos-: “[.] déjenlos que gasten zapatos… algún día se cansarán”. Y con la “desinteresada” colaboración de los dirigentes sindicales que traicionaron la huelga de 1995 –nos cansamos. Acoto: en ese movimiento ni la dirigencia ni la base de los educadores de San Ramón desmayaron; al igual que don Quijote, nos mantuvimos asidos al molino (remolino) hasta que nos tumbó.
Desde su beligerancia marxista (revolucionaria), el discurrir y actuar de David en los foros de lucha que se organizaban ante distintos escenarios (Huelga del 95, Combo del ICE, TLC, etc.) a menudo sacaba roncha en los fueros de las dirigencias tímidas que rehuían la confrontación directa con el poder. Las representaciones ramonenses siempre le apoyábamos. Hasta algunos “marxistas” le etiquetaban de “trotskista”, como si la utopía de la “revolución permanente” fuese menos que la de Tomás Moro.
La pluma de Morera en el Semanario ha sido objeto de mi simpatía y admiración; por eso no puedo dejar inadvertido el resbalón ideológico en que incurre en el artículo “La visita de Obama a Cuba”, publicado en el No. 2129 (abril de 2016). En su primer párrafo, al mejor estilo burgués y pequeñoburgués, concentra (reduce) en Raúl Castro el destino político y económico de la Isla, calificando a su gobierno de “régimen”. Si a “régimen” le hubiese agregado “revolucionario y socialista (¿habrá duda al respecto?) comandado por Raúl y Fidel Castro”, talvez algún grado de responsabilidad histórica recaería en el pueblo cubano (el que no se va del país, o si sale, regresa) y así cualquier olor a dictadura trascendería a los Castro.
Ahora bien, “camarada” Morera, el problema de la restauración capitalista en el socialismo chino, europeo o criollo (Cuba), y hasta en el del “Siglo XXI” o “progre” –como usted lo califica-, podríamos discutirlo en las páginas de UNIVERSIDAD o en otra parte, pero recomendable a partir del análisis dialéctico de la historia, que es necia en demostrar la realidad.
Para concluir, es justa su preocupación por los salarios de los trabajadores cubanos; ojalá el “régimen” esté pensando en mejorarlos y, ojalá también, no le llegue a suceder al asalariado cubano que se gane $2.000 al mes que tenga que construir su propio encierro (casa-prisión) para que la masa miserable que le rodea no le deje chingo (como en Costa Rica y algunos otros países no tan “progres”). Donde usted sí “la saca del estadio” es cuando se refiere a las huelgas y protestas prohibidas, a los sindicatos oficiales o al “régimen de partido único”. Claro, con respecto al “partido único”, no sé si al pueblo cubano le convendría un sistema (no “régimen”) multipartidista como el de Costa Rica. En fin, al igual que cada perro mata las pulgas a su manera, partiendo de una visión dialéctica, es decir, respetuosa y tolerante hacia las distintas formas de desarrollo social –aunque lo que esté en juego sea el socialismo- ¿tendrá o no derecho Cuba a suplirse el “mejor capitalismo posible” (ironía) antes de navegar por los senderos galácticos de la utopía socialista?
Nota aclaratoria: arriba no encomillo “utopía” porque, al igual que la partícula indivisible (el átomo) no lo es, la ciencia demuestra que la utopía socialista es real y va.

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