Opinión

El primer grito de independencia lo dio un costarricense

El 2 de mayo de 1808 se sembró la semilla de la independencia de los pueblos hispanoamericanos.

El 2 de mayo de 1808 se sembró la semilla de la independencia de los pueblos hispanoamericanos. El 2 de mayo es la fecha de la masacre de Madrid, perpetrada por los franceses, y es el comienzo de la insurrección española contra Napoleón I, quien había hecho renunciar al rey español Fernando VII. Fue una época de muerte, pues los ajusticiamientos brutales de los fusilamientos colectivos que hicieron los soldados de Napoleón Bonaparte son indescriptibles.

Asimismo, se soltó una ola de apoyo de las colonias americanas hacia el Reino de España, incluso en Costa Rica se había jurado lealtad al rey cuando este asumió el poder. Pero, aunque hubo apoyo de las colonias de ultramar, el anhelo de autonomía quedó en las mentes de algunos hispanoamericanos y en los corazones de algunos colonizadores.

A Costa Rica las noticias llegaron tarde. La jura del rey Fernando VII se dio en un contexto en que ya había sido depuesto, pero algo quedó en los corazones de los cartagineses: el juramento de lealtad. De ahí vendría luego el nacimiento del juramento a la constitución, lo cual será el germen del futuro Pacto de Concordia, jurado el 1 de diciembre de 1821, justo poco más de un mes después de lograda la independencia absoluta.

Sin embargo, ese mismo día, 2 de mayo de 1808, un cartaginés, que habitaba en Guatemala como pasante de estudios de medicina en la Universidad de San Carlos, hizo circular un panfleto denominado El Hispano – Americano. En él hablaba de libertad e independencia, y se constituyó como el primer grito de independencia de toda la América hispana;lo hizo mucho antes que Bolívar, San Martín, Hidalgo, Morelos y hasta Martí. El ciudadano Pablo utiliza su mente y su “garganta” para convertirse en ese primer conquistador de la libertad, en ese primer grito que algunos han querido negar.

El panfleto, calificado por las autoridades guatemaltecas como sedicioso, clamaba por la separación de España. Esto motivó a esas autoridades a encarcelarlo el 15 de setiembre de 1808, y pasó a ser el primer independentista encarcelado por la Corona española. Desde la prisión, el ciudadano Pablo hacía circular en el Cartago de entonces volantes en los que abogaba por acabar con la dominación de la monarquía española.

Don Pablo pasó en la cárcel varios meses, pero recobró su libertad en marzo de 1809. Es significativo que el gobernador de Costa Rica en aquel momento, don Tomás de Acosta, solicitó en abril de ese mismo año al Capitán General del Reino de Guatemala que se le prohíba a don Pablo Alvarado volver a Costa Rica, durante algún tiempo.

Encarcelado y expulsado del territorio donde nació, don Pablo de Alvarado merece un sitio entre los próceres de la independencia hispanoamericana. No solo es uno de los primeros en utilizar este concepto de carácter ideológico y filosófico, sino en proclamar, abiertamente, la conveniencia de una separación con respecto a España.

La independencia de Guatemala de 1821 y los hechos que la antecedieron encuentran a don Pablo en aquella ciudad, dado que durante aquellos años dedicó más tiempo a su labor literaria y política que a sus estudios de medicina, los que también logró concluir en 1823.

De regreso a Costa Rica fue un participante activo de los hechos que sucedieron después de la independencia el 29 de octubre de 1821. Fue además quien redactó el primer esbozo de lo que será el Pacto Social Fundamental Interino de la Provincia de Costa Rica o Pacto de Concordia, primera constitución costarricense aprobada el primero de diciembre de 1821.

Este pacto otorgó a Costa Rica estabilidad política, pues nuestro país adopta como forma de gobierno una Junta Superior Gubernativa, integrada por siete miembros propietarios y tres suplentes. Esta Junta de Gobierno sufrió las consecuencias de la pugna entre los republicanos, que rechazaban la anexión de Costa Rica al Imperio Mexicano, y los imperialistas o monárquicos, que abogaban por esa unión. En esa guerra, la primera guerra civil de Costa Rica, salieron victoriosos los republicanos, al mando de Gregorio José Ramírez, quien se constituirá en padre de la independencia de Costa Rica.

En este pacto se estableció que el país era libre de España y capaz de constituir un sistema de gobierno propio, con posibilidades de adherirse a un imperio americano. Sabiamente, desde el momento en que se emitió el Pacto, el 1 de diciembre de 1821, se estableció que Costa Rica era una unidad política “con la plenitud de sus derechos”, lo que para muchos ha marcado el inicio de la “cultura civilista” nacional.

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