Opinión

El Presupuesto 2022 y los cambios para avanzar en tiempos de crisis

De acuerdo con el calendario se ha iniciado la confección del Presupuesto Ordinario del Gobierno Central para el año 2022. La forma como se construya este instrumento tendrá enormes impactos en la actividad económica, ya sea para reactivar o para frenar la actividad productiva, mejorar la distribución del ingreso o en su defecto concentrarlo, puede distorsionar los precios relativos o ayudar a mejorar el funcionamiento de los mercados. Por lo cual, me permito hacer las siguientes observaciones, con el afán de que sean tomadas en cuenta en beneficio de nuestro país.

  1. El mercado financiero nacional es pequeño, poco profundo, sin capacidad de conceder préstamos a largo plazo, muy caro en términos de tasas de interés y dada la magnitud creciente de las necesidades a financiar por parte del Gobierno se presionan al alza aún más, lo que afecta por parejo a todo el resto de los agentes económicos. Es por eso, que se hace necesario incluir en este presupuesto un permiso expreso de la Asamblea Legislativa para que el Gobierno puede trasladar una buena parte de la deuda pública a los mercados internacionales para aprovechar tanto tasas de interés más bajas como plazos mayores, bajando el costo de la deuda significativamente.
    Una estrategia de manejo de la deuda pública bien diseñada tiene la capacidad de ahorrarle recursos al fisco hasta por dos puntos porcentuales del PIB. Es importante con ese fin, realizar un estudio comparado de las prácticas que, en esta materia, implementan otros países con semejante grado de desarrollo y que son usuarios de los mercados financieros internacionales. Por eso, es necesario solicitarle el apoyo a la OCDE y al BID.

  1. Es importante que el presupuesto venidero se presente con un análisis económico respecto de los impactos de cada uno de los grandes apartados, donde se analicen los multiplicadores del gasto, encadenamientos productivos (hacia atrás y hacia adelante), efectos aceleradores de la inversión, impactos distributivos, efectos en macroprecios, ahorros en costo de la deuda para el fisco y las personas, se planteen modificaciones en los mercados de deuda para facilitar el acceso directo de inversores menos sofisticados y los ciudadanos, un análisis de impactos regionales y sectoriales del gasto público, análisis comparativos de los precios que paga el Estado y los que eroga el sector privado por bienes y servicios semejantes.

  2. La presentación del presupuesto debe acompañarse de más elementos de ciencia económica y no solo de meros análisis financieros–contables o estadísticos.

  3. Es necesario que el presupuesto del 2022, se vea reforzado por inversiones estratégicas de altísimo impacto que reactiven la economía y que por años se han ofrecido en los planes de gobierno y no se concretan. Paso a señalar algunas:

    1. Cumplir con lo que está estipulado en la Ley para la Asociaciones de Desarrollo Integral que se debe transferir a DINADECO. Estos son dineros que mediante la acción comunal se multiplican varias veces con impacto significativo en el buen vivir de las comunidades.

    2. Dotar de capital de trabajo al Programa de Abastecimiento Institucional (PAI) con al menos ¢20 mil millones. Este dinero permitiría que las cadenas de comercialización se acorten con lo que las PYMES recibirían mejores precios y el Estado pueda ahorrar cuantiosos recursos. Aumentar las compras a PYMES nacionales para abastecer las instituciones tiene altos efectos multiplicadores y de corrección de mercados con fallas enormes.

    3. Financiar la creación de al menos 5 centros de valor agregado distribuidos en regiones de bajo desarrollo con el fin de potenciar el crecimiento de las pymes en esas regiones.

    4. Dotar de todos los recursos que por ley le corresponden al Sistema de Banca para el Desarrollo provenientes del impuesto a las remesas al exterior a la banca de maletín, con el fin de que se pueden canalizar para salvar, reflotar e impulsar pymes que están en problemas en estos momentos de recesión.

  4. Reforzar con más recursos los programas solidarios de ayuda a los costarricenses que hoy viven en la pobreza, consecuencias de los infortunios diversos que han sufrido. El modelo social costarricense se creó basado en la solidaridad, la cooperación y la visión de un destino común compartido como Nación, significa que en todo tiempo el que más gana, debe poner más para ayudar al que la está pasando mal. En estos tiempos de pandemia lejos de renunciar a esa visión social deben ser de mayor unión y esfuerzo. No puede, recortarse las transferencias a FODESAF, Cen Cinai, hogares para adultos mayores, red de cuido, becas para niños y niñas de escuela y colegio, entre otros.
    De todas maneras, no son tiempos para imponer una política fiscal contractiva pues recesiona más la economía y agrava, aún más, las disparidades distributivas. Ningún organismo internacional lo recomienda, ya que eso haría aún más grande la caída del producto y sería pólvora para el estallido social.

  1. Tampoco es prudente recortar recursos destinados a financiar infraestructura ya que esta tiene grandes encadenamientos productivos y es de alta generación de empleo, es bien sabido que incrementos en la actividad económica generan aumentos más que proporcionales en la recaudación tributaria. Invertir en infraestructura pública tiene enormes ganancias costo-beneficio en lo económico y en lo social.

  2. Se deben incluir los recursos necesarios para dotar de capacidades en el corto plazo a la gestión tributaria y aduanera, estas áreas del Ministerio de Hacienda operan de manera caótica, así lo revelan los informes de la Contraloría General de la República, la investigación de los Panamá Papers, y la evidencia irrefutable por cantidad de grandes contribuyentes que por años muestran pérdidas o ganancia en cero. Lo que allí se invierta, junto con los cambios funcionales es de gran rentabilidad para la recaudación de tributos que hoy se evaden o se eluden. Es recomendable declarar una emergencia y pedir apoyo a países amigos con sistemas tributarios funcionales, y a organismos como la OCDE y el BID. Quizás unos 3 puntos del PIB se pierden anualmente por esta deficiente gestión.

Costa Rica debe seguir siendo un país donde haya igualdad de oportunidades para todos los ciudadanos que nazcan dentro de sus fronteras. La crisis financiera requiere de introducir reformas sustanciales, que se han postergado por muchos años y que urgen en aras eficiencia económica y la justicia distributiva.

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