Opinión

El patriotismo que abraza

Lejos de lo que promueve el nacionalismo, el patriotismo cultiva un pensamiento internacionalista, fraterno, que refuerza la identidad de la base popular.

En el marco de la conmemoración del 199 aniversario de la Independencia de Costa Rica, valga la oportunidad para destacar algunas de las principales características del “nacionalismo” y del “patriotismo”, conceptos tradicionalmente asimilados como sinónimos.

Para comprender la diferencia, el profesor Francisco Herrera propone comenzar con el abordaje del término “nación”: “Comunidad que comparte una historia, una lengua y una cosmovisión”; como tal,  para Herrera, este término es válido desde el punto de vista sociológico. El problema se da cuando las élites construyen un “nacionalismo” y lo utilizan como herramienta para dominar a sus habitantes. Es entonces el nacionalismo: “Una construcción abstracta basada en una serie de símbolos que no se conectan materialmente con la historia popular”. La tesis del nacionalismo se basa en defender la nación y así, dividir al pueblo del “otro”, del extranjero (Herrera. F, Comunicación personal, 4 de setiembre de 2020).

El investigador, Koen Voorend, en entrevista publicada por el periódico digital Surcos (2020), comenta que los medios de comunicación en ciertos momentos pueden reproducir mitos o patrones que exacerban ese nacionalismo, por ejemplo, al inducir a la creencia de que las personas migrantes llegan a desplazar a los nacionales en el mercado laboral, o bien, que acaparan los servicios de salud. Estos son dos ejemplos de comportamientos que hacen caer en el peligro de intensificar el nacionalismo: se puede llegar a convertir en xenofobia.

Lejos de lo que promueve el nacionalismo, el patriotismo cultiva un pensamiento internacionalista, fraterno, que refuerza la identidad de la base popular. En el patriotismo se destaca la historia que ha permeado a la construcción de un pueblo (Herrera. F, Comunicación personal, 4 de setiembre de 2020). En Costa Rica, tradicionalmente, el 15 de setiembre se engalana con el sonido de los tambores, de las liras, de la música de los bailes típicos y de los desfiles. Estas prácticas simbólico-culturales ayudan a “diseminar el nacionalismo” (Palmer, citado por Cullell, 2004) ya que nos recuerdan las gestas que nos han permitido construir un Estado Social de Derecho, a la vez que contribuye a la consolidación de una identidad.

El contexto actual y este mes patrio motivan a pensar sobre la trascendencia de abrir los brazos a la población migrante. El patriotismo no tiene lugar para la xenofobia ni para cualquier otra forma de discriminación, todo lo contrario: abraza a las nacionalidades, consciente de que es con el trabajo de hombres y mujeres provenientes de diferentes lugares que se gesta la democracia de una nación.

Referencias bibliográficas:

Cullell, M. (2004). De las fanfarrias a las salas de concierto. Música en Costa Rica (1840-1940). (Primera edición) Editorial de la Universidad de Costa Rica.

Periódico digital Surcos. (12 de junio de 2020). Análisis: xenofobia y aporte de la población migrante con Koen Voorend. [Archivo de video]. https://www.facebook.com/watch/?v=205345953905180&external_log_id=80fda425-5679-4753-99c2-8236f8fb5c1a&q=SURCOS%20KOEN%20VOOREND

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