Desde que el chico ingresa a la escuela tiende a ser conceptuado como un” receptor de información” que se examina con pruebas estandarizadas enfatizando en medir cuánta información puede repetir, sin importar su comprensión. Una nota lo califica y prevalece sobre aspectos vitales como el desarrollo de habilidades para la vida profesional y personal, que en el mundo actual son decisivos para el ejercicio profesional y laboral.
Ese almacenamiento de información y la habilidad para reproducir los patrones estandarizados del sistema educativo, corresponde a las “Hard Skill” o Habilidades Duras, que únicamente se relacionan con el currículum académico. Estas habilidades deben complementarse con las “Soft Skill” o Habilidades Blandas que básicamente corresponden al desarrollo integrado de aptitudes, rasgos de personalidad, valores adquiridos, destrezas, habilidades, que faciliten potenciar la comunicación, relaciones asertivas, la creatividad y capacidad innovadora, el trabajo proactivo en equipo, la resolución pacífica de conflictos, la ética y compromiso, personal y social.
Quizás en nuestro sistema educativo se tocan tangencialmente estos aspectos pero no en forma sistematizada que le permita al estudiante integrar gradualmente todos los contenidos. Más bien el currículum es disperso y esto dificulta al estudiante tener una síntesis de las cosas que pasan a su alrededor.
Las autoridades del Ministerio de Educación Pública deben saber que su oferta académica es caduca y que cada estudiante es una importante inversión para el país por lo que deben dotarlos de un currículum moderno que los haga competitivos de cara a las exigencias del mercado laboral actual y en consecuencia deben renovarla para optimizar los resultados que se obtengan con esta inversión.
Mientras esto ocurre, los padres de familia deben saber que la tarea es de ellos y tienen que empezarla ya si quieren que sus hijos sean competitivos laboralmente, ya que el mercado tiene exigencias para contratar muy diferentes a las que se tenían hace una década, por ejemplo.
Aceptar que si el sistema educativo no ofrece estos insumos tendrán que obtenerlos por otros medios y con herramientas didácticas que les faciliten la tarea en casa. Con más de 25 años trabajando con temas educativos, tengo plena certeza de que solo a través de un método de estudio, el estudiante puede lograr las metas que se propone a lo largo de su existencia. Un método de estudio que le permita desarrollar un estilo de vida organizado mental y físicamente, que le permita ordenar sus ideas, establecer un plan, obtener los materiales estrictamente necesarios y ejecutar ese plan.
Los estudiantes y padres de familia que atiendo me preguntan: ¿Cómo puedo aprender a estudiar?, o ¿Cómo puedo ayudar a mi hijo a desarrollar un método de estudio? La respuesta no es fácil, porque no todas las personas aprendemos igual y habrá muchas respuestas para esta interrogante.
Hay consejos que se pueden seguir si se quiere sacar el máximo rendimiento. Hay que partir de un Plan de Estudio que incorpore tanto la asistencia diaria a lecciones, tomar los apuntes de clase para recordar los temas vistos en clase, aclarar dudas. Llevar los materiales necesarios a la escuela, llegar temprano a clases, cuidar la alimentación. Específicamente cada estudiante deberá hacer un Calendario de Estudio en el que incorpore todas las asignaturas, dándole a cada una tiempo de acuerdo con el grado de dificultad que le representa. Este horario deberá respetarlo, debe ser real e incorporar todas las actividades que realiza durante el día.
Solo con un método de estudio podrá desarrollar Habilidades Blandas como: ética, responsabilidad, escucha activa, adaptación al cambio, creatividad, capacidad para resolver problemas, optimización del tiempo, actitud positiva, tolerancia a la presión, seguridad personal, asertividad.
