Opinión

El hospital sin paredes nos dejó la solución: Organización y participación comunal

Recobremos nuestra experiencia de organización y participación comunal en la gestión de la salud desarrollada por el doctor Juan Guillermo Ortíz, su equipo y las comunidades adscritas al Hospital sin Paredes

Tanto Corea del Sur, Taiwan y Singapur lograron incorporar activamente a la población con ayuda de la tecnología en la lucha contra el coronavirus que utilizaron sistemas de trazado apoyados en el testeo masivo y el reporte voluntario de una ciudadanía bien informada y dispuesta a cooperar. Mientras China también logró controlar la expansión del coronavirus con un sistema centralizado con la participación disciplinada de la gente.

Según el académico israelí Yuval Harari el éxito de la política de los primeros radica la participación organizada “cuando a la gente se le dicen los hechos científicos y la gente confía en las autoridades que se lo dicen, puede hacer lo correcto sin que el “Gran Hermano” la vigile. “Un pueblo motivado y bien informado es mucho más poderoso y efectivo que un pueblo vigilado e ignorante”.”

Aquí en Costa Rica, hace cuarenta años se implementó por iniciativa del Dr. Juan Guillermo Ortiz Guier, benemérito de la patria por su obra, un sistema de salud en San Ramón al que se llamó “Hospital sin Paredes”. Un sistema innovador y revolucionario en condiciones de baja tecnología, que yo denomino prometeico, porque al igual que el dios Prometeo le trasfirió a el fuego celestial a los seres humanos para darles poder, el Hospital sin Paredes transfirió a las comunidades la consecución de la salud en estrecha alianza con los equipos médicos. Creo 161 puestos de salud en los cantones de San Ramón, Palmares, Zarcero, Naranjo y Valverde Vega donde llevó, sin computadoras, un censo permanente de la salud. Los éxitos fueron tan destacados en la reducción de mortalidad materno infantil y otros ítems de desarrollo, que la Organización Mundial de la Salud lo premió y promovió su presentación en la reunión mundial de la salud en Alma Ata en 1978.

En el ámbito nacional su ejemplo contribuyo a la reforma del sector salud y a su desconcentración a través de los EBAIS y Clínicas de Salud. No obstante, al pasar a la Caja, como EBAIS, esta institución suprimió o redujo al mínimo la participación de las comunidades, a pesar que era un requisito establecido por la Ley y que todas las evaluaciones posteriores destacan su ausencia.

Eliminar la participación de las comunidades, para dejar todo el control en manos de la tecnocracia, se convirtió no solo en una falla institucional que ha encarecido la salud y limitado sus alcances, sino que de cara a nuevas amenazas como el coronavirus ha restringido la participación necesaria en el ámbito de las comunidades para tensar el arco creativo requerido, como lo hicieron en Corea del Sur, Taiwan y Singapur, para reducir las muertes y mitigar el impacto.

Recobremos nuestra experiencia de organización y participación comunal en la gestión de la salud desarrollada por el doctor Juan Guillermo Ortíz, su equipo y las comunidades adscritas al Hospital sin Paredes, eso sí enriquezcámosla con la nueva tecnología desarrollada en los países mencionados anteriormente. Debemos operar con una organización basada en la información actualizada, que genere una gestión eficiente.

La actual amenaza del conarovirus debemos transformarla en una oportunidad para incorporar una aplicación en todos los EBAIS para reestablecer contacto directo con los asegurados.  De tal manera podrá recuperarse la relación directa tanto para transmitir la información necesaria para enfrentar esta y otras amenazas, como para restablecer de manera permanente la comunicación sobre los problemas emergentes y las propuestas e iniciativas de enfrentar los problemas por parte de la comunidad. Esta relación entre el equipo técnico del EBAIS debe recuperarse, en eso radica como lo demostró el Hospital sin Paredes, la fuerza y alcances de la medicina comunitaria. Aunque ha sido muy importante el papel del presidente y de los ministros en la actual emergencia, esa dedicación de 24-7 en televisión no podrá mantenerse por mucho tiempo, dadas sus funciones. Es fundamental que la organización descienda en cascada hacia una base organizada.   Organización es poder y es el fundamento del desarrollo cívico y de la democracia del siglo XXI. Todo está cambiando con la tecnología y la organización también.

 

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