Opinión

El fin no justifica los medios

Producto de la crisis sanitaria y económica que vivimos, personas y grupos han propuesto desarrollar la explotación de petróleo y gas natural, así como la minería de oro a cielo abierto. Dichas actividades son insostenibles y destructoras del ambiente, contrarias a la filosofía que hemos mantenido como país en las últimas décadas.  Para esas personas, pareciera que cualquier actividad rentable que ayude a paliar o salir de la crisis económica es válida y debe ser implementada. No obstante, desconocen los valores, principios y políticas nacionales previamente establecidas. Con ello, parecen querer aplicar la vieja frase: el fin justifica los medios.  Este, definitivamente no es el camino.

Las actividades extractivas del petróleo, el gas natural y la minería de oro a cielo abierto, corresponden a modelos y visiones de desarrollo obsoletos y agotados, los cuales han causado grandes daños al planeta y que, por el bien de este, deberían ceder su paso a paradigmas renovables y sostenibles. El planeta no soporta más emisiones de gases de efecto invernadero.  Estamos en una situación límite, a las puertas de un verdadero desastre climático y ecológico, y todos los países, sean ricos o pobres, están en la obligación de aportar para el surgimiento y consolidación de ese nuevo y renovable modelo de desarrollo.

No puede ser que el principio de vida que nos rija de ahora en adelante sea que el fin justifica los medios. Muy mal estaríamos si caemos en esa línea de pensamiento y de accionar. Costa Rica puede y debe mantener su ruta hacia la sostenibilidad y la des-carbonización de su economía, consolidando su imagen como país verde y protector del ambiente. El petróleo y la minería sostenible son una falacia, sobre todo en la coyuntura climática actual y mucho menos en un país con la riqueza ecológica que tiene Costa Rica. Un solo derrame de petróleo de gran magnitud en nuestras costas tendría consecuencias catastróficas para los ecosistemas marinos y las áreas protegidas.

La alternativa al petróleo y al gas natural es la des-carbonización de nuestro modelo de desarrollo planteada por el Gobierno y que pretende una economía cero emisiones para el 2050. En el estudio Costos y beneficios de la des-carbonización de la economía de Costa Rica – Evaluación del Plan Nacional de Des-carbonización bajo incertidumbre, elaborado por la Universidad de Costa Rica, la Dirección de Cambio Climático, Rand Corporation y el Banco Interamericano de Desarrollo, se detalla un beneficio de $41.000 millones para el escenario de referencia, en el período entre el 2020 y el 2050. Casi todos los escenarios considerados en el estudio producen beneficios netos positivos, lo cual demuestra que la des-carbonización no solo es posible, sino rentable en términos integrales a un mediano plazo. Esa es la visión y el modelo de futuro que debería prevalecer, sin necesidad de caer en los oscuros y destructivos modelos petroleros y mineros.

Costa Rica ya es un país líder y pionero en temas de energías renovables, sostenibilidad y protección ambiental. Nos admiran por nuestros logros en áreas silvestres protegidas, por nuestra matriz eléctrica casi 100% renovable, por nuestra visión y logros en temas de movilidad eléctrica, por nuestro modelo turístico sostenible y por haber revertido la deforestación.  No retrocedamos. Sigamos haciendo historia positiva.

La coyuntura actual nos obliga a ser innovadores y creativos, dentro de la visión de conservación y sostenibilidad, sin acudir desesperadamente a actividades que solo van a empeorar la situación ambiental que enfrenta el planeta. Sigamos siendo promotores y líderes de ese cambio positivo, de ese nuevo paradigma energético y productivo que surge y de esa nueva conciencia ambiental que está emergiendo. Es hora de mirar el futuro con valentía, decisión y optimismo, un futuro que definitivamente será verde y renovable, o no será.

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