Opinión El Jazz se quitó la camisa de fuerza y salió a las calles

Eduardo Montero y su último álbum MALDITA PALABRA.

“La palabra que se lee con los oídos y se escucha con el corazón

no se entiende entre la gente que ha nacido

en el siglo de la desinformación.

Hoy nos elige la vida cuando la muerte no pudo.

Venimos del negror de la tierra,

de la india que es raíz de la montaña.

Venimos de esta casa y solo esta;

el puñado de suelo donde vive nuestra infancia.”

Eduardo Montero

Jazz para chapalear charcos, para unir los cabos sueltos, para hacer del amor una música que puede abrir los corazones. Yo no soy crítica de música, soy amante de la música y de muchas músicas, muchos ritmos, muchas tradiciones musicales, muchas culturas y búsquedas musicales. Escribo esto porque mientras escuchaba esta producción se iban nublando los ojos y la alegría del llanto se adueñó de mí y eso ya no me sucede tan a menudo. Y es que había encontrado algo distinto a todo lo demás, algo sin pose, sin pretensiones, sin el colchón elitista de las ciudades. Escuché a Eduardo Montero y a sus colegas, personas dedicadas a la música geniales en creatividad, audaces y atrevidas, que se juegan el sitio de confort para darnos poesía, reflexión, música e historia nacional.

A algunas de estas personas artistas que trabajan en esta producción les conozco, como a Karol Barboza, a quién admiro mucho, a Fernando Víquez con quien tuve el gusto de trabajar, a Carlomagno Araya de quien aprendí tanto cuando produjo mi trabajo. Un placer escuchar la espléndida y poderosa voz de Sasha Campbell,  disfrutar de la poesía visceral y rica de Shirley Campbell y de escuchar a José Calderón. Sería interminable dar atención a las personas que colaboran aquí pero no cabe duda que este resultado, solamente es posible por la empatía y la calidad musical de quienes son parte de la banda.

¿Cómo hace un pianista de un pueblo perdido en el fin del mundo del Sur de Costa Rica para llegar a esta excelencia? ¿Qué hará Costa Rica para merecerlo?

Costa Rica somos usted y yo y por eso les recomiendo escuchar esta obra preciosa, como una joya diseñada por un artesano, artista, hombre amoroso y abierto. Como un orfebre con piezas sonoras brillantes, elaboradas con elementos blandos, dúctiles, maleables pero resistentes a la corrosión y a la oxidación y sobre todo obras que son buenas conductoras, ya sea en estado libre o combinadas, aleadas con sonoridades de las Américas, ritmos en cueros y con cueros en medio de unas vetas de jazz, como las vetas del cuarzo por donde el oro puede engalanarse.

Canciones del amor y de la muerte, de la traición y de las lealtades, canciones de la matria, del pueblo donde se nace, canciones agigantadas con secuencias armónicas que van de lo más dulce a lo más dramático, de lo más simple a la más rica memoria de este país. Cierro esta recomendación con las palabras del compositor, pianista y cantante Eduardo Montero:

“Varios años después de andar recolectando la vida y cazando la lucha, cada vez más vivos y más muertos, al perder la cabeza fuimos poco a poco recobrando el sentido.”

Creditos:

Eduardo Montero: Voz, piano, composición y letras.

Karol Barboza: Voz, composición, sintetizadores, clarinete.

Fernando Víquez: Bajo, composición y letras.

Juan Carlos Espinoza Mora: Percusión, composición y letra.

Andrés Montero: Batería, composición y letra.

 

Grabación, mezcla y master: Carlomagno Araya.

Arte gráfico: Arturo Sánchez.

Revisión de letras y títulos de algunas canciones: Denys Montero Solís

Título del disco: Juan Carlos Espinoza.

 

Artistas invitados e invitadas:

Shirley Campbell, quién escribió el maravilloso poema llamado Lamento.

Sasha Campbell: voz en la canción Lamento.

Jose Calderon: composición, letra, voz y guitarra en la canción Gente buena.

Nelson Briceño: marimba folclórica en la canción Parte de Guerra.

José Elizondo: saxofón alto en la canción Declaración de amor.

Marco Vargas: trombón en la canción Declaración de amor.

Datos biográficos

Aquí comparto una nota biográfica que me encontré de él en PZ Noticias:

“Eduardo Montero Mata es vecino de General Viejo y desde los 7 años su mejor compañero es el piano. Su pasión por este instrumento lo han convertido en uno de los mejores pianistas del país.

“Cuando era pequeño quería ser el mejor jugador de futbol como es Messi ahora, sin embargo, mi papá me dijo que definitivamente no lo iba a lograr entonces que mejor eligiera un instrumento musical, yo quería el clarinete pero era un instrumento muy caro entonces me incliné por el piano, podría decir que el instrumento fue decisión de mis padres pero la música fue algo que yo decidí.” Comentó Montero.

Eduardo además de ser pianista es educador musical y ha tenido la oportunidad de presentarse en Europa y gran parte de Estados Unidos. A los 17 años en la Universidad Nacional fue preparado para ganar varios concursos, uno en Francia donde ganó el tercer lugar y 5 presentaciones en New York donde ganó grandes reconocimientos.

“Ganamos varios concursos vía web y fuimos a USA donde en muchas oportunidades el premio era poder ir a tocar en lugares más reconocidos, además, el año pasado acompañé a Sasha Campbell en una gira por todo New York y varios lugares en Centroamérica”

Montero nos comentó que la relación con Sasha ha sido muy provechosa para su vida y su carrera como pianista por la emoción que ella transmite a través de la música y toda la trayectoria que también posee.

En varias ocasiones le ha tocado representar al país en el exterior lo cual ha significado un gran orgullo y sobre todo la motivación para creer en la capacidad que tenía para luchar y dar lo mejor.

Eduardo nos contó que ha seguido los pasos de su papá y de su abuelo Porfirio Montero que es requintista del Trío los románticos y siempre ha sido una inspiración en la música.

Al finalizar nos dio un mensaje para todos aquellos músicos o personas que tiene un sueño así como él.

“Mi mensaje es que la persona que sobre sale en lo que hace es porque piensa diferente, les digo que crean en sus capacidades y en su creatividad, para dejar una huella uno tiene que hacer siempre las cosas diferentes…Nosotros somos los mejores maestros” concluyó.

 

 

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